Marc: año difícil, futuro en el aire
Acabó la temporada de los Lakers con la eliminación ante Phoenix Suns. Marc se ha quedado lejos del segundo anillo y ha tenido un curso complicado. ¿Qué opciones tiene ahora?
Se acabó, con sabor amargo, la temporada de Los Angeles Lakers. Se acabó, y con sabor amargo, la temporada de Marc Gasol. El pívot español, que tiene 36 años y ha completado ya 13 en la NBA, firmó con los Lakers tras finalizar su vínculo con Toronto Raptors para buscar su segundo anillo de campeón. La salida de Dwight Howard, cuya continuidad se llegó a dar por hecha pero acabó en Philadelphia 76ers, lanzó a los angelinos al mercado a buscar un pívot bueno, bonito y barato. Un jugador de rol que cubriera el desempeño que la pasada temporada, camino de anillo, desplegaron Howard y, en menor medida, JaVale McGee (ahora en Denver Nuggets).
La oportunidad surgió y ambas partes la aprovecharon. Marc había firmado en julio de 2015 un contrato de cinco años y 110 millones de dólares. Solo en vínculos deportivos había ganado ya, al cierre de la pasada temporada, más de 180 millones. En 2011 había firmado por cuatros y 58 con Memphis Grizzlies, donde jugó desde 2008 hasta 2019, cuando fue enviado a mitad de temporada a Toronto Raptors. En Canadá buscaban la guinda para el equipo que lideraban Kawhi Leonard y Kyle Lowry. Lo fue: los Raptors fueron campeones y Marc se llevó, después de unos meses en el equipo, el soñado anillo de campeón. Antes, en Tennessee se había convertido en uno de los mejores pívots de su generación: tres veces all star, una en el Mejor Quinteto, una en el Segundo y un premio de Defensor del Año.
Así que, en ese punto de su carrera, Marc podía permitirse no pensar en el dinero. Después de ser campeón, sí se acogió a una player option para seguir en Toronto Raptors por 25,5 millones. Merecía la pena a pesar de la salida de Kawhi Leonard y Danny Green, un golpe a las aspiraciones de repetir título. El anillo fue, de hecho, para los Lakers. Un equipo que le tentó con su leyenda, en la luminosa L.A., con dos megaestrellas como LeBron James y Anthony Davis, un rol que se adaptaba al momento de su carrera y una narrativa irresistible: en los Lakers fue dos veces campeón su hermano Pau, los Lakers draftearon a Marc (en 2007) pero lo enviaron a Memphis en la operación en la que, precisamente, se hacían con Marc.
Así que Marc aceptó el mínimo de veterano con, una exigencia que sacó adelante, un segundo año: 2,5 millones por esta temporada, 2,6 garantizados para la próxima. Para los Lakers la opción, una vez que no estaban ya a bordo McGee y Howard, era también óptima. Marc salía por un precio excelente, estaba listo a cumplir con un rol de jugador de equipo y tenía una demostradísima capacidad competitiva, una inteligencia especial y poca necesidad de buscar, nunca lo ha hecho y menos a estas alturas, nada que no fuera el éxito colectivo. En las condiciones económicas y el rol limitado que ofrecían los Lakers, había pocas opciones mejores que Marc.
A partir de ahí, la temporada no ha sido fácil. Los Lakers arrancaron como un tiro: 21-6 en los primeros 27 partidos. Con una enorme superioridad, sin apenas forzar la máquina y dosificando tras el descanso más corto que jamás había tenido un campeón: la pandemia obligaba y los Lakers solo tuvieron 71 días entre la conquista del título en Florida y el inicio de la temporada 2020-21. Las televisiones necesitaban jornada de Navidad. La media de descanso en la NBA es de 141 días. Pero el nuevo quinteto, con Marc y Dennis Schröder al lado de LeBron, Davis y Kentavious Caldwell-Pope tenía, de largo, el mejor net rating de la NBA en sus minutos en pista.
Todo se fue al traste con las lesiones de Anthony Davis y LeBron James, un lastre al que sumaron problemas físicos de otros y trances con los protocolos sanitarios y la COVID, que también atacó a un Marc que fue de más a menos. Comenzó haciéndose notar gracias a sus valores principales: inteligencia en pista, instinto defensivo, capacidad de pase. Y todo sin una carga de minutos excesiva. Pero en lo personal también cambió todo para él con la llegada tras buyout de Andre Drummond, un pívot que aterrizaba para ser titular, más joven y con mucho menos talento que Marc pero algunas habilidades (sobre todo, el rebote) que echaban de menos los angelinos y su entrenador, Frank Vogel. Entre Drummond, los minutos que acaba jugando de pívot Anthony Davis y un Montrezl Harrell al que Frank Vogel también situaba como cinco por su falta de tiro exterior, Marc quedó fuera del quinteto, sus minutos pasaron a depender del rival y del partido e incluso llegó a estar sobre la mesa un posible buyout y un nuevo destino de cara a los playoffs.
Finalmente Marc sí ha acabado la temporada en los Lakers, y ha tenido minutos y presencia en la fatídica serie contra Phoenix Suns, en la que las lesiones de Anthony Davis han dado un mayor peso al español, que acabó de titular en un sexto partido del que desapareció Andre Drummond. Durante la temporada, Marc ha evidenciado que sus mejores años están ya detrás de él para el nivel NBA, pero también que todavía puede ser útil en las circunstancias adecuadas y con el rol correcto. Con poco fuelle físico, lento e irregular en el tiro (un arma que le hizo redimensionar su juego en su último tramo en los Grizzlies), Marc ha seguido haciendo mejores a sus compañeros en ataque, desatascando el juego y ayudando en defensa contra los rivales menos livianos. Los que se adaptan mejor a su estilo de juego. Ha terminado con 5 puntos, 4,1 rebotes y 2,1 asistencias por partido en regular season, 6-4-2 en playoffs.
¿Y ahora, qué? Por un lado, es obvio que el presente pasa por los Juegos Olímpicos, el regreso a la Selección tras el Mundial 2019, en el que Marc jugó a un nivel formidable, con un partido de leyenda en semifinales, contra Australia. La eliminación es un obvio disgusto con su parte buena: la preparación podrá ser mucho mejor. En las cuentas que se hacían durante la temporada y con los Lakers como uno de los favoritos a llegar a las Finales, lo tiempos podrían haber sido un problema. La lucha por el título arranca el 8 de julio y terminaría, si hay siete partidos, el 22. Un día antes de la ceremonia de inauguración de Tokio.
¿Y después? De entrada, Marc tiene contrato garantizado con los Lakers para la temporada 2021-22. Y los angelinos, por mercado y aspiraciones, seguirán siendo una opción óptima si su ilusión es apurar sus bazas de volver a ser campeón. Pero también se puede dar la posibilidad de que él y el equipo tengan otros planes y que se llegue a un acuerdo de rescisión o se cierre una operación que pueda ser bien vista por ambas partes. Los Lakers tienen que rehacer su plantilla a partir de los dos megacontratos de LeBron y Davis, y tienen que ver qué pasa con el futuro de Caruso, Harrell, Schröder, Horton-Tucker… muchas decisiones que tomar y que pueden influir en el deseo (o la posibilidad, simplemente) de retener, o no, a Marc Gasol. Si cambia de aires y sigue en Estados Unidos, lo normal es que Marc siga priorizando ganar: un buen equipo, un buen destino y aspiraciones de campeonato.
Pero, claro, hay otra puerta abierta: el Barcelona. Antoni Daimiel aseguró tras la final de la Euroliga, la semana pasada, que Juan Carlos Navarro, amigo de Marc y Pau y mandamás ahora de la sección de baloncesto azulgrana, tiene entre ceja y ceja el fichaje de Marc y quiere que el pívot cierre su camino en el baloncesto de élite intentando levantar la Euroliga con el club en el que estuvo entre 2003 y 2006. Sería una de las bombas del verano en Europa, desde luego, pero todavía tienen que moverse muchas piezas para que sepamos qué va a pasar con uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto español, uno que no ha tenido el año soñado en los Lakers… pero al que todavía le queda recorrido.