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NBA | NETS 101 - LAKERS 126

Machada angelina: exhibición de los Lakers en Brooklyn

Sin LeBron ni Davis, los Lakers dieron un clínic defensivo ante la sensación de la NBA. La sorpresa angelina fue liderada por Andre Drummond: 20+11 en 22 minutos.

Sin LeBron ni Davis, los Lakers dieron un clínic defensivo ante la sensación de la NBA. La sorpresa angelina fue liderada por Andre Drummond: 20+11 en 22 minutos.
ELSAAFP

Los Lakers sonríen. El equipo de Frank Vogel, deshauciado hace un par de semanas, está ahora invadido por una extraña sensación de optimismo, tan inopinada como merecida. Por un lado, LeBron James y Anthony Davis están más cerca de volver, con lo que la espera se acorta y las estrellas regresan para completar una plantilla preparada para rodear a las mismas, pero no tanto para jugar sin ellas. Por otro, han conseguido una victoria en Brooklyn que nadie se esperaba, ante la sensación de la NBA y con una exhibición defensiva y un trabajo coral que ha llenado de alegría a los aficionados angelinos, que han sido testigos de un auténtico clínic ante un rival todopoderoso, consiguiendo un triunfo con el que nadie contaba y dando un golpe sobre la mesa, con el que han demostrado que pueden jugar más allá de LeBron y Davis y que las bases que ha sentado Frank Vogel son sólidas incluso en ausencia de dos jugadores que son mucho más que meras referencias.

Desde la lesión de LeBron ante los los Hawks, los Lakers han disputado 11 encuentros, 12 si contamos el que se lesionó el alero, que apenas disputó 10 minutos en el mismo. En ese periodo de tiempo, los angelinos han conseguido cinco valiosas victorias que ha costado mucho sacar pero que tenían un único objetivo: evitar el play-in, ese séptimo puesto que siguen ocupando los Mavericks de Luka Doncic y del que nada quiere saber la franquicia de Los Angeles. Disputar esa especie de previa que la NBA se inventó el año pasado y ha duplicado en la presente campaña no es algo que quieran los Lakers, que han llegado a ir líderes de la Conferencia Oeste y gozaban de una comodidad relativa hasta la lesión de LeBron, que les ha empujado al abismo en una temporada en la que con un par de semanas malas puedes retroceder muchas posiciones en la clasificación.

Los Lakers han demostrado en Brooklyn por qué son la mejor defensa de la Conferencia Oeste y la segunda mejor de la NBA, solo detrás de los Knicks de un Tom Thibodeau que lo ha cambiado casi todo en la Gran Manzana. Han dejado a un equipo que promedia 119 puntos por partido en solo 101, con un 43,8% en tiros de campo y un escasísimo 18,5% en triples, merced a una ignominiosa serie de lanzamientos que ha incluido 27 intentos y solo 5 aciertos. Kevin Durant se ha quedado en 22 puntos, y Kyrie Irving, desesperado, en 18, con expulsión incluida por un altercado con Dennis Schröder, al que también han echado por la misma acción, potenciada por la estrella de los Nets. LaMarcus Aldrige se ha ido a 12 tantos, pero sigue planteando problemas en la rotación de Steve Nash, que pierde en defensa sin Nicolas Claxton, un jugador que ha visto considerablemente reducidos sus minutos.

El partidazo de los Lakers, por cierto, se resume en un dato: antes de la lesión de LeBron y Davis, el rating defensivo del equipo era de 106,8. Ahora, sin ellos, de 105,2. Hasta ahora, los angelinos habían ganado solo a equipos ganables en ausencia de LeBron, pero con la victoria ante los Nets se rompe esta dinámica. Ah, y hasta ocho jugadores superaron los 10 puntos, con mención especial para los dos recientes fichajes: Ben McLemore, que se fue a 17 martilleando a los Nets desde el triple (5 de 10, 19 de 34 para los Lakers en el partido, una cifra espectacular); y Andre Drummond, que consiguió un doble-doble de 20 puntos y 11 rebotes en algo más de 20 minutos y dejó a Marc Gasol (vestido de calle por un problema muscular, en teoría) sin jugar por segundo partido consecutivo. Junto a ellos, destacaron todos y Talen Horton-Tucker, que sumó 14 puntos y 11 asistencias, récord personal en este último apartado estadístico. En definitiva, partidazo de los Lakers, que salvan una nueva bala, recortan tiempo de espera de sus estrellas y demuestran que son un auténtico equipazo. Sonrisas en L.A. No puede ser de otra manera.