Los Bucks fichan a Tucker y Giannis vacila a los Sixers
En apenas unas horas, los Bucks han conseguido fichar a P.J Tucker y ganar a los Sixers en Philadelphia. Giannis, con vacile incluido, está mejor rodeado que nunca.
Si una cosa han hecho bien los Bucks este año, es contentar a Giannis Antetokounmpo. Las promesas del griego se cumplieron gracias al mayor contrato jamás firmado (228,2 millones en cinco temporadas), pero el equipo ha cumplido su parte rodeando a su estrella como nunca lo ha estado. Si a inicios de temporada Jrue Holiday llegaba y Bogdan Bogdanovic hacía la cobra, la ampliación del banquillo y la redistribución de la plantilla permitieron a Giannis estar contento y a Mike Budenholzer probar cosas nuevas de cara a unos playoffs que siempre se le han atragantado. Y ahora, meses después, el General Manager John Horst ha hecho un formidable trabajo y se ha hecho con los servicios de una de las piezas codiciadas antes del cierre del mercado, que será junto dentro de una semana (el 25 de marzo). P.J Tucker llega a Milwaukee para reforzar la plantilla y completa, con Holiday, otro extraordinario fichaje defensivo para cerrar lagunas atrás y aportar con su experiencia (tiene 35 años) a un vestuario focalizado y aparentemente unido.
Giannis ha demostrado lo feliz que está con sus nuevos compañeros ganando a los Sixers en Philadelphia. La ausencia de Joel Embiid (sigue lesionado) le ha permitido penetrar a su antojo, tomar buenas decisiones en un final apretado y sentenciar en la prórroga. Y remontando 19 puntos en un partido que tuvo dos caras, una en la primera parte y otra en la segunda, increíblemente diferenciadas. En los dos primeros cuartos, los visitantes se quedaron en 18 y 13 puntos respectivamente. En los dos siguientes, apretaron atrás y mejoraron delante para forzar la prórroga, donde sentenciaron con Giannis en estado de gracia y vacile incluido: se sentó en el centro de la pista después de que Doc Rivers parara el partido con un tiempo muerto y mostró un gesto sobrado sin tapujos. La acción no gustó demasiado a los jugadores rivales, y tampoco a la afición, que vio como minutos después del partido Anteto colgaba una foto en Twitter de la situación. Desde luego, está contento.
Giannis finalizó con 32 puntos, 15 rebotes, 5 asistencias y 6 pérdidas. Anotó solo un triple en cinco intentos, pero su serie de tiro fue, como siempre, espectacular: 13 de 22. Creó espacios para sus compañeros, tomó las decisiones adecuadas en el clutch time, y fue el muro defensivo habitual para contener las embestidas de los Sixers, que tuvieron un mal día en el lanzamiento (por debajo del 40% en tiros) y sobrevivieron gracias a Ben Simmons (13+10+12, pero 7 pérdidas) y un Dwight Howard que está siendo un gran revulsivo en ausencia de Embiiid: 13+15, con alguna que otra canasta desde la media distancia incluida. Los Bucks lanzaron con un horripilante 23,1% en triples, pero martillearon la zona sin pudor; Donte DiVincenzo fue el segundo de a bordo y acompañó a Giannis de una manera magistral: 20+8+5+3. También Holiday cuajó una gran actuación (19+6+6), Pat Connaughton aportó intendencia desde el banquillo (12 rebotes) y Khirs Middleton (que no estuvo fino) y Brook Lopez pasaron de la decena de puntos.
Los Sixers (con 18 puntos de un mal Tobias Harris y 19 de un buen Danny Green) siguen primeros de la Conferencia Este, pero igualados por unos Nets que han ganado a Indiana y tienen un récord idéntico al suyo (28-13). Los Bucks, con 26-14, sin hacer ruido y sin obsesionarse por el primer puesto del Este tanto como los dos años anteriores (acabaron líderes de la NBA en ambos casos), están a tan solo 1,5 partidos de esa posición. Y tienen bastante distancia con los Heat (cuartos, con un 22-19), que es el equipo que inicia la ristra de franquicias que luchan por un puesto que todos pueden conseguir y sin el que cualquiera se puede quedar. En ese sentido, Bucks y Sixers han hecho los deberes, pero los primeros están al alza y en Philadelphia tendrán que sobrevivir como puedan hasta que el salvado Joel Embiid vuelva a una plantilla huérfana, sin opciones y estéril sin él. Eso sí, el objetivo es que esté bien en playoffs. Ahí estará la clave. Si los Nets y su enorme talento lo permiten, claro. Y de eso hay serias dudas.