Doncic, explosión y venganza: 42 puntos y destrozo a los Clippers
El esloveno, desatado, se venga de la derrota del otro día, con polémica incluida, y arrolla a los Clippers en una exhibición de talento y poderío.
En uno de estos partidos repetidos por un calendario muy extraño, Mavs y Clippers jugaban en Dallas solo dos días después de haberlo hecho por primera vez. En ese duelo, con solo cinco tiros libres intentados por los locales, hubo una gran dosis de polémica y declaraciones cruzadas que acabaron con Luka Doncic protestando e incluso amagando con liar algo de una dimensión mayor en rueda de prensa. El esloveno, con acierto, decidió contenerse y esperar. Al fin y al cabo, la venganza es un plato que se sirve frío, como se dice por ahí. Y con alguien que proyecta una sombra tan grande, la seguridad de que vas a ver, antes o después, algo formidable, está asegurada. Tanto la estrella como la franquicia tenían el orgullo herido y clamaban una venganza que ha llegado en forma de paliza ante uno de los aspirantes al título, con uno de los mejores jugadores de la NBA en sus filas (Kawhi Leonard) y que están peleando en lo alto del Oeste por puestos más honorables que los Mavs, que siguen en su infatigable lucha por los playoffs. Y ahí, en todo ese lío, la figura de Doncic ha emergido de nuevo. Y de una manera brutal.
El esloveno ha respondido al extraño y controvertido choque del otro día con una de sus mayores exhibiciones de la temporada: 42 puntos, 6 rebotes, 9 asistencias, 3 robos y 2 tapones. La serie de lanzamiento, magnífica, con 16 de 28 en tiros de campo y un muy buen 6 de 11 en triples. Y 4 de 5 en tiros libres, los mismos que tuvo todo el equipo el otro día (en total, hoy, han sido 12). El +/- del esloveno fue de +28, y su regularidad en la anotación fantástica: anotó 11 tantos en el primer, segundo y último cuarto, mientras que en el tercero sumó 9. Mostró una de sus mejores versiones defensivas del curso, encontró a sus compañeros con facilidad e hizo que sus 4 pérdidas, la única parte negativa del duelo, no se tuvieran en cuenta en favorde florituras más grandes. Una respuesta ejemplar de uno de los mejores jugadores de la competición norteamericana, algo que ha demostrado prácticamente desde que aterrizó en ella.
Los Mavs, por cierto, cuajaron un duelo a la altura de su héroe. Recibieron 29 puntos en el primer periodo, pero se atrincheraron atrás en los tres siguientes, en los que solo permitieron 22, 20 y 18 tantos. Al descanso ya iban por delante (77-71), pero no sentenciaron hasta el último periodo un partido que tuvo 11 cambios de liderato, cinco empates y un resultado ligeramente engañoso al final, por ser demasiado abultado para lo que fue el desarrollo de la noche. Eso sí, la defensa del equipo de Rick Carlisle secó a los angelinos, que lanzaron con un 42% en tiros de campo y un 28,1% en triples. Y en el último cuarto, los de Tyron Lue vivieron una travesía en el desierto que recordó al partido anterior, pero en la otra dirección: ningún tiro libre. Desde luego, hay cosas que aumentan ligeramente el nivel de satisfacción. Sobre todo, cuando ves que el rival ha experimentado la misma impotencia que tú unos días antes.
Además de Doncic, todo el quinteto de los Mavericks pasó de los 10 puntos. Tim Hardaway llegó a los 15 (3 de 7 en triples), Maxi Kleber a los 12, Kristaps Porzingis consiguió un doble-doble (11+13) y Josh Richardson 14, además de grandes momentos defensivos. Los Clippers, por su parte, vieron como Kawhi alargaba esa racha de juego raro en la que se encuentra, apático y apagado, y sumaba 20 tantos sin demasiados alardes. El alero añadió 7 rebotes y 7 asistencias, pero no logró ser el elemento diferenciador. Paul George hizo más estadística (28+7+5), pero no apareció demasiado al final (apenas 6 tantos), un defecto que le viene acompañando demasiado tiempo y que no es alentador de cara a unos playoffs que cada vez están más cerca sin que los angelinos terminen de dar el salto definitivo, con el que amagaron a inicios de temporada pero que se ha quedado, de momento, en una promesa incumplida. Ya veremos cómo queda eso, pero de momento han sido testigos de la venganza de Luka Doncic. Con exhibición incluida, claro.