Se ha alabado, también desde este espacio, la presencia de Luka Doncic como motor principal de los Mavericks. Incluso en los peores momentos de esta temporada el esloveno ha marcado la diferencia: ha evitado derrotas mayores y ha sostenido a su equipo para ganar partidos casi por sí solo. Es una alabanza que le ha colocado de nuevo en la carrera por ser MVP pese a que él, por la pasividad colectiva, se quiso quitar de en medio. En la racha del coronavirus, en la que se pusieron antepenúltimos de la Conferencia Oeste, las miradas iban para el resto de compañeros que no estaban haciendo bien su trabajo. Frente a los Thunder y a las puertas del parón ha sucedido un hecho que hace que la crítica tenga que tornarse en elogio: Luka Doncic ha descansado y su equipo no sólo ha ganado sino que ha dado un espectáculo a la hora de defender, continuando una buena racha que ya les coloca con cinco victorias en los últimos seis partidos, ocho de diez y dentro de los ocho primeros puestos pese a los desajustes del calendario. 

Hombres como Kristaps Porzingis o Tim Hardaway, además señalados por sus problemas defensivos, fueron los que más brillaron en la victoria casera ante Oklahoma City, que sólo anotó uno de cada tres tiros que intentó. Poca aportación de los visitantes en líneas generales y en particular salvando a Ty Jerome y Théo Maledon. Sorprendente quizá la rotación de Carlisle, jugando sólo con Porzingis y Kleber de interiores teniendo más armas. Sólo que los Mavs se dejaran ir en los últimos tres minutos de partido posibilitó que la distancia bajara de los diez puntos, pero el partido estuvo totalmente controlado por los texanos en todo momento. Gran esfuerzo colectivo, también para dejar al rival por debajo de los ochenta tantos anotados. Es para mirar con mucho más optimismo la segunda parte de la fase regular tras haberlo pasado bastante regular en la primera.