BARCELONA

El gran objetivo del Barcelona es la guinda del palmarés de Gasol

Barcelona y Pau Gasol, unidos por la Euroliga. Para el club sería reconquistar el título once años después, el único gran torneo que le falta al jugador.

Twitter: @FCBbasketBARCELONA

La incorporación de Pau Gasol al Barcelona en la que parece la penúltima si no la última etapa de su carrera deportiva ha dado un soplo de aire fresco a un equipo que venía ya con bocanadas tras ganar la Copa del Rey al Real Madrid en la capital de España. El fichaje de Gasol es poesía pura: 20 años después, con una carrera excelente en la NBA, regresa a la casa en la que se formó. Lo hace por el mínimo salarial estipulado, la parte proporcional de los 68.000 euros que exige la ABP en el convenio con la ACB ara jugadores de su edad, pero con ninguna necesidad de quedárselo: lo donará a una causa benéfica. Su ilusión es la de agradecer el gesto a un equipo que, si bien quería fichar un pívot desde hace meses, es el sitio en el que le van a permitir probarse a un nivel muy alto para ver si puede alargar su estancia en el baloncesto. El Barça va propulsado hacia el estrellato y la llegada de Pau en estas condiciones es una inyección económica y reputacional para el club y escrupulosamente deportiva para el jugador

Pero conviene hablar de objetivos. Porque los hay y son importantes. El principal, es público y notorio, es Japón. Los Juegos sí se van a celebrar este año y Pau lleva casi dos años sin competir en partido oficial, por lo que necesita probarse de esa fractura del hueso navicular del pie izquierdo. Quiere participar en Tokio 2020 (que comercialmente se llamará así aunque sea en 2021) en su último servicio para España, aunque más allá quedará por saber si regresa a la NBA, sigue en la ACB o se retira. Todo depende de estos meses de juego rodado en el club que le vio nacer. 

Hay, además, un acicate muy importante que le ha llevado al Barça en vez de a otro equipo: la Euroliga. Para un jugador que lo ha sido todo en el baloncesto continental, porque es el mejor europeo de la historia en el contexto de la FIBA, tener en su palmarés la máxima competición de clubes parece sacrosanto. Y todavía no lo ha conseguido. Gasol se marchó del Barcelona en 2001, siendo elegido en el Draft NBA en la 3ª posición y optando por dar el gran salto tras maravillar en la Copa de aquel año, pero lo hizo con algo en el debe. El equipo azulgrana, con la batuta de su amigo Juan Carlos Navarro en la mano, ha ganado dos veces esta competición en esta ausencia de dos décadas: en 2003, con Pesic de entrenador y el ahora técnico Sarunas Jasikevicius en el parquet, y en 2010, con Pascual en el banquillo y los Ricky, Sada o Pete Mickeal en la pista. 

Andrés Jiménez, uno de los pocos que tiene el número retirado por el Barcelona en la sección de baloncesto, ha dejado una reflexión interesante en El Confidencial. El legendario jugador de Carmona asegura lo siguiente: "En este hipotético regreso para mí lo más importante es que él tenga ganas de retos. Si él está motivado y bien físicamente lo que puede aportar es indudable: es obvio que sería el mejor jugador de toda la Euroliga". La referencia debe ser el historial, ya que es absolutamente incierto evaluar su estado de forma por sus vídeos de entrenamiento y la última referencia, cuando estuvo en Spurs y Bucks durante su última campaña en la NBA, no es nada buena. Pau Gasol podría adelantar a Pustovyi en la rotación si responde bien, pero sus años dorados no son los que ahora le deberían poner a la altura de un Tavares, un Shengelia, un Lauvergne, un Gudaitis, un Reynolds o, tirando hacia casa, Davies o Mirotic.

Ganar la Euroliga este año supondría una conexión casi divina. Pau se lleva el trofeo que le faltaba a un historial de leyenda y el Barça culmina su transformación con el título más importante del año. Falta que lo consigan, pero hay cola...

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