Llegó la gran noche de Campazzo: "Facu has big cojones, man"
Michael Malone destaca el carácter del base argentino, que dio un paso al frente cuando las lesiones castigaron a los Nuggets y jugó sus mejores minutos de toda la temporada.
En la NBA las oportunidades llegan. Siempre o casi, casi siempre. A veces, simplemente porque las lesiones castigan a una rotación y los entrenadores mueven las piezas como pueden. Después de un tramo en el que iba visiblemente a menos, Facundo Campazzo tuvo su gran noche NBA por el rival (unos Jazz que llegaban como mejor equipo de la NBA y con once victorias seguidas) y por el momento y la necesidad de su equipo: después de un primer tiempo literalmente perfecto (79-54 con un 15/17 en triples para los de las Rocosas), las lesiones de Gary Harris, el escolta titular, y RJ Hampton, base que entró antes que Campazzo en la primera parte, los Nuggets se prepararon para resistir la carga de los Jazz, que llegaron a ponerse a 14.
No hubo remontada milagro. En gran parte gracias a Nikola Jokic, que después de sus 22 puntos del primer cuarto acabó con 47, 12 rebotes y 5 asistencias (seguramente el favorito ahora mismo para el MVP con Joel Embiid y LeBron James cerca). También porque la distancia era lo suficientemente grande y los secundarios de los Nuggets (claramente a más: 12-8 ahora) ayudaron en momentos que podían haberse convertido en difíciles. Uno de esos secundarios fue Campazzo, que sin Harris ni Hampton pasó de otro tramo muy discreto en la primera parte a destapar su mejor juego en la segunda, cuando acumuló minutos en el momento importante y acabó con 11 puntos y 5 asistencias en casi 20 minutos en pista. Una gran noche para el argentino, desde luego. Y así lo reconocieron los periodistas.
Después del partido, Michael Malone destacó la capacidad de Campazzo de aportar cuando hacía falta. En los últimos días ha repetido que confía en el base más allá de los obvios problemas de adaptación que ha estado mostrando, y ayer celebró la capacidad del Facu para meter tiros importantes pese a venir de una muy mala racha en el lanzamiento. Lo hizo con una frase que ni necesita traducción: “Facu has big cojones, man”.
Pero la gran estrella de la noche fue Jokic, claro. Will Barton, el alero que le grita al serbio que vaya a por el MVP antes de cada partido, asumió que solo su particular carácter evitó que el pívot fuera a por su primer partido de más de 50 puntos en la NBA, y reconoció que en su actual nivel no ve forma de que los rivales paren a su compañero: “No pueden hacer nada, no tiene ninguna laguna en ataque, ninguna debilidad. La verdad es que todo depende de cómo esté él, no del rival”. Y Rudy Gobert, un dos veces Mejor Defensor (aspira al premio también está temporada) se mostró decepcionado después de ser barrido de la pista por el genio de Sombor: “Se conectó desde el principio, yo debería haber hecho un trabajo mucho mejor. Anotó muy fácil, sobre todo en el primer tiempo… es mi responsabilidad. El equipo confía en mí para hacer ese trabajo y tengo que hacerlo mejor”.