NBA | NUGGETS 128 - JAZZ 117

Sonrisas en Denver: Campazzo despierta (11), Jokic abusa (47)

Los Nuggets hicieron un partido completísimo, metiendo mucho desde fuera y aplacando el intento de remontada del rival. Jokic metió 47 puntos.

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Nikola Jokic
Matthew Stockman AFP

Los Nuggets empiezan a pegar apretones. Hay que recordar que son el actual subcampeón de la Conferencia Oeste tras lo visto en la burbuja del año pasado, donde ganaron dos eliminatorias remontando. Han empezado con un perfil bajo esta temporada, con alguna lesión y ajustando la rotación con la llegada de jugadores nuevos, pero avisan con actuaciones como la hecha ante los Jazz.

Gary Harris es uno de los que no ha tenido continuidad y en este partido se ha visto obligado a parar de nuevo. El escolta se hizo daño en el aductor izquierdo y disputó sólo nueve minutos, momento para que Malone se viera forzado a cambiar el plan. Es ahí donde entra en juego una de las muchas noticias positivas del encuentro ante los Jazz, que salvaron el ridículo por poco en una jornada para olvidar. El elegido en primera instancia para cubrir a Harris fue Hampton, que es el último en ese puesto, pero pronto llegó la hora de un Campazzo que quería y conseguiría reivindicarse aunque sólo fuera un poco. 

La noticia, sobre todo en ese primer cuarto, no iba a estar en ese foco. Había que mirar un poco más arriba, al duelo entre los hombres grandes, para ver a uno empequeñeciendo a otro. Gobert recibió por todos los lados de parte de un Jokic estratosférico. La salida de partido del serbio dejó fuera de juego a todos y no porque no fuera esperada. Las metía todas. Tres triples, acabando el partido con un 4/4, y sólo dos fallos en los tiros de campo en un primer acto en el que se fue hasta los 22 puntos. Era contagioso el acierto, aunque nadie se fuera acercar a ese nivel endiosado. Los Nuggets estaban matando, cacho a cacho y con bocados que no eran pequeños, a los Jazz. 11/12 desde fuera del arco que luego se convirtieron en 15 al descanso con sólo dos fallos. Una burrada. Jokic metió 33 tantos en 18 minutos. 

Parecía que se habían cargado el partido los locales, pero un poco de pelea tenía que haber dentro de un equipo, el de Utah, que tenía presente que ellos fueron uno de los dos a los que Denver les levantó una serie en Lake Buena Vista. 0-7 de parcial. No llegó ahí la temida remontada, sus rivales pararon el golpe con jugadas de Murray y Barton. Pero a un minuto del final del tercer cuarto los Jazz se pusieron a ocho con el 99-91. En un partido fatal de Mitchell y Conley en lo que se ve en la hija de estadísticas y de Gobert en lo que no se ve, Clarkson, Ingles y Bojan Bogdanovic (29) fueron un rayo de esperanza para tratar de acercarse. Ahí, sin embargo, se acabaría su camino. 

Facu Campazzo estuvo nervioso y sobrepasado al principio, sabiendo lo que tiene encima y que además no había sido el primero en salir con Harris fuera por otro percance físico y Dozier sin participar en este partido. Fue el único jugador que, mientras la diferencia subía como la espuma para los suyos, estaba en negativo en el dato de más y menos en pista. Pero alguien con el éxito tan cercano en el tiempo en Europa no se iba a achantar sabiendo que era su día para dar un golpe en la mesa. Se llevó varios golpes y no cejó en el empeño de ser visible para el cuerpo técnico. En 19 minutos alcanzó los 11 puntos y 5 asistencias, se puso en positivo y contribuyó a cortar de raíz el intento de remontada de los Jazz. Además disfrutó de un sitio en primera fila de la delicia que estaba cocinando Nikola Jokic, que acabó igualando su mejor marca en la NBA (47 puntos) y con el entrenador pidiéndole perdón por quitarle antes de tiempo.