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NBA | GRIZZLIES 92 - LAKERS 94

Los Lakers casi la lían, pero no: la fiebre amarilla, líder del Oeste

Los angelinos tenían el partido setenciado, pero varias pérdidas dieron opciones a unos bravos Grizzlies. LeBron, 26+11+7, carbura y los Lakers ya son líderes del Oeste.

LeBron James, durante el partido de la NBA que ha enfrentado a Memphis Grizzlies y a Los Angeles Lakers
LeBron James, durante el partido de la NBA que ha enfrentado a Memphis Grizzlies y a Los Angeles LakersLos Angeles Lakers

Los Lakers suman, siguen y ya son líderes del Oeste en solitario. Esas derrotas en partidos en los que eres teóricamente superior pero que se te escapan por falta de intensidad o esa opción de dejarse llevar inherente al jugador NBA que disputa 82 partidos a año (normalmente) y se toma algún día de asueto, no están llegando, de momento, para los angelinos. Si el otro día apretaron cuando quisieron (o eso pareció) para hacerse con la victoria ante los Grizzlies, hoy han batido al mismo rival con más dificultades pero idéntico desenlace. Los angelinos desempatan así con unos Clippers que cayeron ante los Spurs y también con Phoenix, que descansó esta jornada, para liderar una Conferencia Oeste que ya conquistaron el año pasado y que ahora comandan casi por inercia, a medio gas y sin haber exprimido al máximo a sus estrellas, LeBron James y Anthony Davis, algo que no deja de ser positivo si tenemos en cuenta el poco descanso que han tenido y todo lo que queda por delante. Lo importante, ya se sabe, está al final. Y si ahí los Lakers llegan en lo más alto del Oeste, eso que se llevan.

El sainete del favoritismo de la franquicia de púrpura y oro está presente desde que salieron victoriosos en el mercado, pero nadie se atreve a hacer predicciones precipitadas ni a sacar conclusiones demasiado pronto. Pocas parejas, o casi ninguna, son comparables al dúo angelino (quizá, por talento, sólo Kyrie y Durant), y sus homólogos en Los Angeles, favoritos el año pasado, están aún con mucho por demostrar y las dudas lícitas generadas por un Paul George que está en números de MVP pero siempre tiene algún bajón y un Kawhi Leonard que desapareció en la burbuja de Orlando. Si los Clippers pueden ganar a los Lakers en playoffs se verá más adelante (plantilla tienen para hacerlo, ojo), pero de momento, sólo de momento, prevalece el favoritismo de la fiebre amarilla, que quiere volver a conquistar la NBA. Los refuerzos del mercado (Marc, Schröder, Matthews...), la renovación de sus estrellas (LeBron y Davis) y el mantenimiento de buena parte de la intendencia (KCP, Kuzma, Caruso...) así lo hace presagiar. El resto, ya lo veremos.

Ante los Grizzlies, los angelinos perdían de dos puntos (79-77) a falta de menos de cinco minutos para el final. Anthony Davis convertía entonces un triple desde la esquina a pase de Dennis Schröder (que crea espacios como nadie), para dar ventaja a los Lakers por delante. Una canasta de LeBron (con otro pase de Schröder) ampliaba la ventaja, que seguiría aumentando con pique entre James y Dillon Brooks (que celebró una canasta ante el Rey que no gustó mucho a éste) incluido. Los Lakers llegaron a menos de 25 segundos para el final con un resultado de 92-83. A partir de ahí, casi lío: triple de Kyle Anderson (10 puntos) y pérdida de Davis y tiros libres para Tyus Jones, que anota uno de dos; tras esto, pérdida de LeBron y dos puntos más para Brandon Clarke (12 puntos), que ponía a 3 a su equipo con 10 segundos para el final. Una asistencia de LeBron a Kuzma dejaba respirar a los Lakers (89-94), pero el tiempo muerto de Taylor Jenkins era resuelto con un triple de Brooks desde la esquina que ponía emoción con apenas 1 segundos para la conclusión. Frank Vogel paró el duelo y LeBron la volvió a perder en el saque de banda, pero De'Anthony Melton no concretó en la recepción y los Grizzlies no consiguieron solicitar tiempo muerto. Y el partido se acabó.

Los Lakers ganaron de nuevo un partido que tenían sentenciado pero se les complicó en demasía. Eso sí, siguen sumando y ascendiendo mientras continua la sensación de que dan para mucho más y no están exprimiendo todo su potencial. LeBron se fue a 26 puntos, 11 rebotes y 7 asistencias, mientras que Davis sumó 26+10+4. Marc estuvo más discreto (5+4+2, pero +11 con él en pista), y Schröder fue el único miembro del equipo visitante que, al margen de las dos estrellas, superó los dobles dígitos en anotación (12). El partido fue feo, tosco y lleno de errores, con ningún equipo pasando del 45% en tiros de campo y con los angelinos lanzando apenas un 29% en triples. Además, entre ambas franquicias sumaron 30 pérdidas, 17 por parte de los pupilos de Frank Vogel. Pero incluso así, en un partido malo, los Lakers salieron victoriosos. Y para ser campeón, también hay que ganar cuando se juega mal. Eso ya se sabe.