NBA | MAVERICKS 99 - HORNETS 118
Un mal día de Doncic impulsa a un nuevo fenómeno, LaMelo Ball
Doncic volvió a estar mal en los tiros, por lo que se fustigó al acabar el encuentro, y dio alas al número 3 del Draft 2020, que hasta el momento no destacaba.
En 2018 Luka Doncic irrumpió en el panorama de la NBA haciendo barbaridades desde el primer día. Llegaba de ser el amo en la España y Europa, de ser profesional, y la transición le fue más sencilla que a otros. El l número 3 del Draft de 2020, misma posición que ocupó Doncic en su día, fue LaMelo Ball, un chico rodeado de hype desde que tenía 14 años y que también era ya profesional pero procedente de una liga menor (la NBL oceánica). Con este segundo se ha exigido mucho desde la pretemporada, sin dar opción al error, machacando que sea un jugador de highlights y que luego le cueste anotar con fluidez pese a que lleva cuatro partidos en la liga. Sin que el consecuente periodo de aclimatación tenga un mínimo de recorrido, al joven base de los Hornets se le han tirado a la yugular por no ser lo que no es. Casos distintos los de Doncic y Ball, pero cuando se han cruzado los caminos ha habido un cambio. Ambos operan en la misma posición, generando juego para sus compañeros y teniendo arranque y facilidad para anotar, pero uno está ya en la estratosfera y el otro estaba esperando en el aeropuerto.
Los Mavericks llegaban con el pecho hinchado después de abrasar a los Clippers en el Staples Center. Venir de una paliza de esas dimensiones hizo que se relajaran en exceso y que subestimaran a unos Hornets sin pívot titular y con una plantilla más floja. Salieron escaldados. Fue un partido para ver boca abajo lo que siempre se ve boca arriba y viceversa: Josh Richardson hizo un matazo en el primer cuarto y terminó con 1/10 en tiros, Gordon Hayward venía de anotar mucho y aquí metió el 25% de los tiros... y Luka gripó el motor y LaMelo puso el turbo.
Sabiéndose mal Luka Doncic decidió practicar el lanzamiento después del partido. No uno ni dos, hasta cuarenta minutos estuvo. Mientras lo hacía Rick Carlisle daba explicaciones en la sala de prensa: "Está claro que todavía no ha cogido su ritmo". Los Hornets fueron los que sacaron de punto, que se dice en la jerga ciclista, a los Mavericks, una cuestión de ritmo en la que LaMelo Ball sí tuvo cosas que decir para contestar a sus impacientes críticos.