El Bilbao Basket se desangra: Balvin y Serron, bajas dos meses
Su lesión es más grave de lo esperado y la del pívot, jugador franquicia en Miribilla, es una puñalada a las esperanzas de permanencia. El club lleva ya tres fichajes.
Si ya tenía pocas desgracias encima, la principal su mal juego y la falta de autoestima, el Bilbao Basket le han dado donde más le duele. En Balvin, su jugador franquicia. Maldita la gracia de su viaje en la última ventana FIBA con Chequia, que no se jugaba nada porque está clasificada para el próximo Eurobasket. Volvió lesionado en el tobillo izquierdo, pero no era un esguince, porque ni cojeaba, tenía pinta de ser algo más. Es una torcedura moderada/severa "con afectación de la sindesmosis tibioperonea distal", según ha precisado el club hoy, lo que traducido a lenguaje de a pie son unos dos meses de baja.
El cinco checo era hasta este frenazo el líder rebotador de la competición (en totales y defensivos) y estaba en el Top 3 de hasta seis apartados estadísticos (valoración, rebotes ofensivos, tapones y mates). Ahora trata de suplirle con cierto decoro Dos Anjos, pero no es lo mismo. Reyes sí que ha dado un paso adelante en la posición de 'tres', pero el equipo está apesadumbrado.
Y la misma ausencia espera con Serron, el único con instinto defensivo de los exteriores tras la lesión de Rigo. Tiene una rotura parcial del tendón rotuliano de su rodilla izquierda. El escolta belga y Balvin se han perdido el partido de hoy ante el Estudiantes y bien que lo ha notado el equipo. Serron andaba renqueante los últimos tiempos y ante el Andorra llegó la puntilla en una jugada tonta en entrada a canasta. Al menos, ha vuelto Hakanson tras superar el COVID, pero todavía está fuera de toda forma. El club se ha sacado de encima a Jones y Moses, que no se habían acabado de adaptar ni al equipo ni al juego de la ACB, pero el RETAbet sigue emitiendo señales de alarma. Han llegado Kljajic, que ha entendido por fin su papel de sacrificio aunque no aporta nada en el tiro y se hacen necesarios los puntos, y Huskic, que sale del coronavirus y genera muchísimo en ataque. El último en aterrizar es Miniotas, MVP de la liga lituana, que entiende bien el juego y se compenetra a la perfección con Huskic, pero hacen falta más cosas. Brown y Kulboka, jugadores básicos en ataque, son ahora mismo una rémora. Zyskowski aún no ha demostrado ser un jugador de ACB y si trataba de hacer olvidar a Bouteille, no le llega ni a la suela de las zapatillas. Y las idas de olla de Rousselle, como hoy ante el Estu, empiezan a ser de juzgado de guardia.