Vuelve el Clásico
El Madrid doblega a Huertas y al Iberostar en la segunda parte y se medirá en la final al Barça. La presencia de Tavares y el acierto de Rudy (18 puntos) marcan el duelo.
Aún es pretemporada, pero las semifinales no defraudaron. Por un lado, los dos transatlánticos de nuestro baloncesto impusieron el enorme peso de sus plantillas. Regresa así el Clásico a una final después de que el Madrid fallara en la burbuja liguera de Valencia y el Barça en la Copa de Málaga. Y por otro, el Baskonia y el Iberostar apuraron sus opciones, y aunque con más ahínco y más recursos el campeón de Liga, ambos dieron la talla (al Tenerife le sobró algún minuto).
Los anfitriones superaron el desencanto de haber traído el torneo a la Isla y no poder llenar el Santiago Martín con su gente. Y lo hicieron después de una salida defensiva en tromba de su rival, que puso en pista un quinteto demoledor atrás: Campazzo, Abalde, Deck, Garuba y Tavares. Mucha energía, mucho físico y mucha actitud. Apenas mediado el primer cuarto, el Madrid ya había recuperado cinco balones y viajaba con Campazzo al timón de la nave en ataque: 6-15. Deck desenfundaba en un par de intrépidas galopadas y en otro par de cortes por la línea de fondo bien asistido por el Facu. Tavares ya no estaba en cancha: dos faltas rápidas a Shermadini le mandaron al banco en 2:38. Thompkins a escena, de falso cinco.
El ritmo fue merengue hasta que entró Huertas, Marcelinho, si prefieren. Qué jugador, 37 años ya, da igual. En ausencia de Yusta y del recién caído Dejan Todorovic, también por una maldita lesión de rodilla, Vidorreta se quedaba sin escoltas, una merma anotadora importante. La solución la vio clara, dos bases en pista. Huertas y uno de los fichajes, el uruguayo Bruno Fitipaldo. Con el tempo de su lado, con un mejor cuidado del balón, el CB Canarias disparó su caudal ofensivo. El charrúa cogía el testigo del brasileño, se alternaban y también apilaban fuerzas (21 puntos y 5 asistencias sumaban al descanso). Muy efectivos y, a la vez, solos en la pelea.
Buen debut de Alocén y de Abalde
Enfrente, Alocén entraba pujante en el segundo cuarto (dos tiros libres y una canasta con falta añadida, y jugadón para cerrar el choque) mientras que Taylor doblaba el espinazo ante Huertas. Quebrado: le caían encima tres personales en cascada y se iba al banco abatido. Laprovittola ni siquiera estaba, fuera de la lista de doce junto con Causeur y Reyes. Una racha de Rudy, que tendría réplica antes del descanso, puso al Madrid +11 (26-37). La racha interminable del mallorquín, que se fue hasta los 18 puntos: 5 de 9 de tres, desde muy lejos.
En la reanudación, volvió el quinteto aprietatuercas, ahora con Carroll en lugar de Deck y, sobre todo, con un Tavares más contenido. La gigantesca sombra que proyectó y el talento de Abalde y Campazzo dieron al Madrid un nuevo impulso: 53-70. El definitivo, aunque el Real aún tendría que remar algo más, lo haría Rudy, con Jasikevicius atento en la grada sin parar de coger notas. Una noche para preparar su primer Clásico como entrenador culé, la primera final. Laso ya lleva 27. Y persigue su vigésimo título desde 2011. Hay pulso, uno nuevo y viejo a la vez. El primer Clásico desde el 29 de diciembre de 2019.