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NBA | LAKERS 93 - BLAZERS 100 (0-1)

Lillard y sus Blazers comienzan aleccionando a los Lakers

Los de Stotts realizaron un inicio y final del partido para enmarcar. La falta de acierto desde el perímetro y los pobres números de la segunda unidad marcaron el devenir de los angelinos.

Portland Trail Blazers guard Damian Lillard (0) goes to the basket over Los Angeles Lakers guard Kentavious Caldwell-Pope (1) during the first half of an NBA basketball game Tuesday, Aug. 18, 2020, in Lake Buena Vista, Fla. (AP Photo/Ashley Landis, Pool)
Portland Trail Blazers guard Damian Lillard (0) goes to the basket over Los Angeles Lakers guard Kentavious Caldwell-Pope (1) during the first half of an NBA basketball game Tuesday, Aug. 18, 2020, in Lake Buena Vista, Fla. (AP Photo/Ashley Landis, Pool)Ashley LandisAP

Los Portland Trail Blazers continúan marcando territorio en Orlando. Los de Terry Stotts llegaron a la burbuja con la díficil misión de acabar octavos en el Oeste y poder sumar así su séptima presencia consecutiva en playoffs. Para ello, debían de darle la vuelta a 3 partido y medio de desventaja con respecto a los Grizzlies o en su defecto quedar a menos de 4 de los de Tennessee y esperar al play-in. Los de Stotts consiguieron ser octavos con un triunfo agónico en el último partido ante los Nets, hubo que esperar a los últimos minutos para resolver su partido ante los de Jenkins y en su estreno en playoffs ha habido que esperar a los últimos 180 segundos para saber de qué lado se decantaría la balanza.

Más allá de que la moneda haya caído hasta 3 veces de forma consecutiva del lado de los de Stotts, los Blazers han sabido desarrollar a lo largo de la burbuja un juego dinámico en ataque y una defensa zonal para enmarcar. Los de Portland han conseguido encontrar en Damian Lillard el líder ideal para el momento decisivo de la temporada, ante los Lakers firmó 34 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias, y a él le acompañan tiradores subliminales desde el perímetro como McCollum o un rejuvenecido Carmelo Anthony, 21 y 11 puntos respectivamente en el estreno de los playoffs, y el poderío físico de Jusuf Nurkic. El pívot bosnio fue junto con Anthony los 2 únicos jugadores que alcanzaron el doble-doble ante los de Vogel. El Tuzla firmó 16 puntos y 15 rebotes, además de 3 asistencias.

Ante los Lakers, los Blazers arrancaron el duelo con un planteamiento defensivo cuanto menos arriesgado. Stotts quería que sus jugadores blindasen a toda costa la zona y forzar a los Lakers a fiar todo a un juego exterior que había quedado en evidencia tras el regreso de la competición. La idea salió a pedir de boca. El primer cuarto acabó con 11 puntos de ventaja para los de Oregon, con Lillard y Nurkic ya en dobles dígitos de anotación y con unos Lakers firmando récords negativos desde el perímetro. Los de Vogel fallaron los 8 triples que intentaron y los Blazers dejaron a LeBron en 6 puntos.

Pero al partido le quedaban todavía 3 cuartos por delante y los Lakers no habían dicho su última palabra. Anthony Davis resurgió y sumó otros 12 puntos hasta alcanzar los 21. Si bien es cierto, la principal fuente de anotación del ala-pívot de Chicago fueron los 11 tiros libres que anotó. La realidad es que 21 puntos al descanso no son pocos, pero su 5 de 15 en tiros de campo ensombrece el papel de un Davis que volvió a ser un clon de lo vivido en el pasado. A la aportación anotadora de los 2 jugadores franquicia, se les sumaron los 2 primeros triples del partido y una defensa con un sistema de marcaje al hombre más estructurado, lo que permitió a los angelinos marcharse a sólo 1 punto de los de Stotts.

El tercer parcial estuvo marcado por el desacierto de cara al aro y por un aumento de la exigencia defensiva de ambos equipos. Entre ambos anotaron en el tercer cuarto 40 puntos con tan sólo 3 triples anotados, 2 de ellos por parte de los Blazers. Y es que los de Vogel continuaban quedando en evidencia en el perímetro. 3 de 22 y un 13,6% de acierto a falta de 12 minutos. El bajo nivel de anotación provocó que la diferencia que los de Oregon se llevaron al final del primer tiempo se viese aumentada en 2 puntos, por lo que todo quedaba por decidir en el último cuarto.

En los últimos 12 minutos volvió a aparecer el de casi siempre en los de Stotts. Lillard firmó 12 puntos en los últimos 4 minutos y puso en bandeja el triunfo a unos Blazers que veían como los Lakers seguían esperando algún tipo de brote verde por parte de los Green, Kuzma o McGee. La realidad es que exceptuando un momento aislado de acierto de Kuzma en el arranque del último cuarto, en el que anotó 7 puntos, poniendo 6 arriba a los Lakers y que sólo se vio frenado por la sustitución, los otros 3 titulares sumaron 17 puntos entre los 3. Con la soga al cuello del empate a 93 a falta de 3 minutos y medio, los Blazers supieron gestionar mucho mejor la circulación de balón y tratar de buscar a Lillard o a McCollum para marcar las diferencias. Los Lakers pecaron de una falta alarmante de saber gestionar con inteligencia las posesiones buscando en exceso a LeBron.

En ese tramo de 210 segundos, los Lakers sólo fueron capaces de anotar 4 puntos, 2 de Davis y otros tantos de LeBron, por lo que a los Blazers les bastó con anotar 4 tiros para llevarse el gato al agua y adelantarse contra todo pronóstico en la serie. El diagnóstico de juego que presentaron los Lakers en el inicio de la burbuja ya hacía presagiar que la eliminatoria iba a ser mucho más dura de lo que podría ser sobre el papel un duelo entre primero y octavo de Conferencia.

Con el hándicap de tener que darle la vuelta a la eliminatoria, los de Vogel afrontarán en la madrugada del jueves al viernes (03:00 hora española) un duelo que se presenta decisivo. Green, Kuzma y un Davis más certero más allá de la línea de personal deberán de secundar a un LeBron, que pese a no firmar su mejor partido, sus números (23 puntos, 17 rebotes y 16 asistencias) le sirven para registrar una nueva efeméride en la historia de la NBA. Ningún jugador había alcanzado un triple-doble de 20 puntos, 15 rebotes y 15 asistencias (récord personal en su carreraI en la historia de los playoffs. Un récord que a buen seguro James cambiaría por un triunfo.