NBA | LAKERS 93 - BLAZERS 100 (0-1)
Lillard y sus Blazers comienzan aleccionando a los Lakers
Los de Stotts realizaron un inicio y final del partido para enmarcar. La falta de acierto desde el perímetro y los pobres números de la segunda unidad marcaron el devenir de los angelinos.
Los Portland Trail Blazers continúan marcando territorio en Orlando. Los de Terry Stotts llegaron a la burbuja con la díficil misión de acabar octavos en el Oeste y poder sumar así su séptima presencia consecutiva en playoffs. Para ello, debían de darle la vuelta a 3 partido y medio de desventaja con respecto a los Grizzlies o en su defecto quedar a menos de 4 de los de Tennessee y esperar al play-in. Los de Stotts consiguieron ser octavos con un triunfo agónico en el último partido ante los Nets, hubo que esperar a los últimos minutos para resolver su partido ante los de Jenkins y en su estreno en playoffs ha habido que esperar a los últimos 180 segundos para saber de qué lado se decantaría la balanza.
Más allá de que la moneda haya caído hasta 3 veces de forma consecutiva del lado de los de Stotts, los Blazers han sabido desarrollar a lo largo de la burbuja un juego dinámico en ataque y una defensa zonal para enmarcar. Los de Portland han conseguido encontrar en Damian Lillard el líder ideal para el momento decisivo de la temporada, ante los Lakers firmó 34 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias, y a él le acompañan tiradores subliminales desde el perímetro como McCollum o un rejuvenecido Carmelo Anthony, 21 y 11 puntos respectivamente en el estreno de los playoffs, y el poderío físico de Jusuf Nurkic. El pívot bosnio fue junto con Anthony los 2 únicos jugadores que alcanzaron el doble-doble ante los de Vogel. El Tuzla firmó 16 puntos y 15 rebotes, además de 3 asistencias.
Ante los Lakers, los Blazers arrancaron el duelo con un planteamiento defensivo cuanto menos arriesgado. Stotts quería que sus jugadores blindasen a toda costa la zona y forzar a los Lakers a fiar todo a un juego exterior que había quedado en evidencia tras el regreso de la competición. La idea salió a pedir de boca. El primer cuarto acabó con 11 puntos de ventaja para los de Oregon, con Lillard y Nurkic ya en dobles dígitos de anotación y con unos Lakers firmando récords negativos desde el perímetro. Los de Vogel fallaron los 8 triples que intentaron y los Blazers dejaron a LeBron en 6 puntos.
Pero al partido le quedaban todavía 3 cuartos por delante y los Lakers no habían dicho su última palabra. Anthony Davis resurgió y sumó otros 12 puntos hasta alcanzar los 21. Si bien es cierto, la principal fuente de anotación del ala-pívot de Chicago fueron los 11 tiros libres que anotó. La realidad es que 21 puntos al descanso no son pocos, pero su 5 de 15 en tiros de campo ensombrece el papel de un Davis que volvió a ser un clon de lo vivido en el pasado. A la aportación anotadora de los 2 jugadores franquicia, se les sumaron los 2 primeros triples del partido y una defensa con un sistema de marcaje al hombre más estructurado, lo que permitió a los angelinos marcharse a sólo 1 punto de los de Stotts.
El tercer parcial estuvo marcado por el desacierto de cara al aro y por un aumento de la exigencia defensiva de ambos equipos. Entre ambos anotaron en el tercer cuarto 40 puntos con tan sólo 3 triples anotados, 2 de ellos por parte de los Blazers. Y es que los de Vogel continuaban quedando en evidencia en el perímetro. 3 de 22 y un 13,6% de acierto a falta de 12 minutos. El bajo nivel de anotación provocó que la diferencia que los de Oregon se llevaron al final del primer tiempo se viese aumentada en 2 puntos, por lo que todo quedaba por decidir en el último cuarto.
En los últimos 12 minutos volvió a aparecer el de casi siempre en los de Stotts. Lillard firmó 12 puntos en los últimos 4 minutos y puso en bandeja el triunfo a unos Blazers que veían como los Lakers seguían esperando algún tipo de brote verde por parte de los Green, Kuzma o McGee. La realidad es que exceptuando un momento aislado de acierto de Kuzma en el arranque del último cuarto, en el que anotó 7 puntos, poniendo 6 arriba a los Lakers y que sólo se vio frenado por la sustitución, los otros 3 titulares sumaron 17 puntos entre los 3. Con la soga al cuello del empate a 93 a falta de 3 minutos y medio, los Blazers supieron gestionar mucho mejor la circulación de balón y tratar de buscar a Lillard o a McCollum para marcar las diferencias. Los Lakers pecaron de una falta alarmante de saber gestionar con inteligencia las posesiones buscando en exceso a LeBron.
En ese tramo de 210 segundos, los Lakers sólo fueron capaces de anotar 4 puntos, 2 de Davis y otros tantos de LeBron, por lo que a los Blazers les bastó con anotar 4 tiros para llevarse el gato al agua y adelantarse contra todo pronóstico en la serie. El diagnóstico de juego que presentaron los Lakers en el inicio de la burbuja ya hacía presagiar que la eliminatoria iba a ser mucho más dura de lo que podría ser sobre el papel un duelo entre primero y octavo de Conferencia.
Con el hándicap de tener que darle la vuelta a la eliminatoria, los de Vogel afrontarán en la madrugada del jueves al viernes (03:00 hora española) un duelo que se presenta decisivo. Green, Kuzma y un Davis más certero más allá de la línea de personal deberán de secundar a un LeBron, que pese a no firmar su mejor partido, sus números (23 puntos, 17 rebotes y 16 asistencias) le sirven para registrar una nueva efeméride en la historia de la NBA. Ningún jugador había alcanzado un triple-doble de 20 puntos, 15 rebotes y 15 asistencias (récord personal en su carreraI en la historia de los playoffs. Un récord que a buen seguro James cambiaría por un triunfo.