"Todos sabemos por qué estamos haciendo esto: por el dinero"
Los general manager de la NBA hablan con Sam Amick de forma anónima: "En realidad no es ni una burbuja, la sensación de entorno seguro ha desaparecido".
Los general managers son, en gran medida, el alma de las franquicias NBA. Enhebran pista y despachos, cuidan el día a día pero también planifican el futuro... y ahora tratan de hacerse a una nueva normalidad que en la NBA pasa por el regreso previsto para julio, en Walt Disney World (Orlando) mientras los test en las 22 franquicias citadas para la vuelta de la competición van dejando ya un reguero de positivos: Malcolm Brogdon, Nikola Jokic, Buddy Hield...
Sam Amick (The Athletic) ha hablado con esos GMs de los equipos que irán a Orlando, en Florida, donde la situación con la pandemia está alcanzando picos de gravedad muy peligrosos que hacen que epidemiólogos duden de la conveniencia de retomar la competición. El precepto parece claro: la NBA ha hecho todo lo que ha podido pero al virus eso le importa un comino. Amick ha mantenido en el anonimato qué general manager ha dicho qué cosa, y así ha permitido que estos se expresen con absoluta sinceridad sobre un plan que tendrá a los equipos muchas semanas (a algunos hasta casi tres meses a partir de mitad de julio) en una zona de altísimo riesgo y dentro de una burbuja en la que hay contradicciones como el que cada vez má señalado hecho de que los trabajadores de los hoteles de Disney podrán entrar y salir de esa concentración sanitaria, con el riesgo que eso implica aunque extremen precauciones y cuiden las distancias de seguridad al máximo.
Según Amick, hay ejecutivos "aterrorizados" por lo que puede pasar en Florida... pero también por el efecto económico que tendría una suspensión que acarrearía unas pérdidas que podrían llegar a 2.000 millones. La NBA genera ahora mismo unos 8.000 en ganancias. La Liga envió a los jugadores su plan de seguridad, un documento de 113 páginas llamado "Health and Safety Protocols", pero eso no ha hecho que algunos general manager duerman mejor. Uno cree que puede desencadenarse una situación delicada: "Si los casos de coronavirus siguen disparándose en Florida, van a pasar cosas. Estoy muy preocupado por el panorama que se le presenta a la Liga desde muchos puntos de vista". Otro asume que el riesgo es muy alto... y la ocasión histórica: "Al final lo que queda es que te preguntas si esto merece la pena. Si pasa algo, lo que nos preguntaremos será si ha merecido la pena todo esto. Claro que si todo va bien será algo histórico y se recordará siempre. La gente te dirá si te acuerdas de la burbuja o como lo acaben llamando. Será algo muy especial".
También hay directivos que creen que son más peligrosas estas semanas previas porque las medias de seguridad del campus de Disney World son óptimas, así que el riesgo será menor una vez que los equipos estén allí concentrados: "Las medidas que está adoptando la NBA son extraordinarias... una vez en el campus, la gente va a empezar a apreciar de verdad lo que ha hecho la Liga". Otro es mucho más escéptico aunque asume que no tienen más remedio que intentarlo: "Estoy incómodo, como cualquiera que esté implicado en esto. Hay muy pocas certezas. Sé que se están tomando todas las medidas necesarias pero todavía hay demasiadas cosas que no sabemos. Tú sabes y yo sé por qué vamos a jugar: por el dinero. Si no fuera por eso, ¿crees que estaríamos intentando volver a jugar? Lo entiendo y lo apoyo... pero con muchas reservas".
La lista de preocupaciones es más o menos común: el ascenso de los casos en Florida y el hecho de que los trabajadores de Disney no formen parte de la burbuja sanitaria. La doctora Angela Rasmussen también ha advertido sobre esto: "Una vez que se empieza a jugar no se puede minimizar el riesgo: los jugadores hablan a gritos, respiran unos al lado de los otros... y no puedes estar haciendo test cada 24 horas. Eso no es práctico. Los jugadores pueden contagiarse por contacto con alguien que está entrando y saliendo de la burbuja, y el verdadero peligro es que no se sabrá hasta que ya hayan podido interactuar con mucha gente dentro del campus. Hay un gran riesgo en este tipo de planes". Un general manager coincide: "Esto en realidad no va a ser una burbuja, así hasta la sensación de que sería un entorno mucho más seguro de lo normal ha desaparecido". Y remata otro: "Con cada nuevo caso en Orlando, los jugadores más inteligentes y los que tienen familia se pregunta para qué cojones vamos a ir ahí".
Los general manager, además, están preocupados por los miembros de las franquicias más veteranos y con más riesgo de que las consecuencias de un contagio sean más peligrosas: "Cuando en otros deportes leo que hay casos entre los jugadores y el personal de los equipos, la palabra que me preocupa de verdad es personal. ¿Quiénes de mi organización corren más peligro y a qué voy a hacer que se expongan?".
Además, algunos creen que el nivel de juego puede ser muy flojo, especialmente en aquellos equipos que no son verdaderos aspirantes al título y que no van a ir a Orlando con sensación de estar jugando por algo importante: "Si juegas partidos intrascendentes el nivel va a ser muy, muy malo. Es un problema para nuestro producto, e igual solo lo arreglas si dejas que las familias estén ahí desde el principio, pero para eso tienes que quitar a otras personas de las comitivas de cada franquicia...".
Finalmente, por muy complicada que sea la situación en Orlando, los general manager saben que el impacto económico de no jugar puede ser devastador: "Es tan duro el panorama financiero que creo que todos tenemos que actuar con responsabilidad. Si como mínimo no lo intentamos y vemos cómo va... el impacto puede alargarse fácilmente durante cinco o diez años, es algo parecido a lo que va a tener que afrontar cualquier otro sector. Habría despidos masivos, las cosas podrían cambiar mucho". Así que, como concluye otro, tal vez sea cuestión de acostumbrarse a lo que toca ahora mismo: "Tenemos que abrazar esta nueva normalidad. Y lo que se está intentando es que cada jugador esté lo más seguro que sea posible. Todo puede acabar siendo humo, y lo sabemos. Pero si ese es el caso, tenemos que quedarnos con la sensación de que al menos lo hemos intentado. Porque en el otro lado de las cosas hay demasiada incertidumbre...".