Debacle en Sacramento y alerta roja para unos Spurs en picado
Cuatro derrotas en cuatro partidos del rodeo road trip para unos Spurs que están ya a cuatro partidos de los playoffs... y a ocho del 50% de victorias.
Los Spurs se caen, tal vez esta vez irremediablemente. Incapaces de reinventarse, lo que cada año han acabado sabiendo hacer y que ahora es un más difícil todavía. El equipo que no se queda fuera de playoffs desde 1997, el que aspira a ser el primero con 23 billetes seguidos para las eliminatorias, lo tiene crudo. Crudísimo, negro. Después de hundirse en la segunda parte en Sacramento (122-102 final) está 22-30, a ocho triunfos del 50% de victorias, a cuatro del octavo puesto que ocupan los Grizzlies y a uno y medio de unos Blazers con una inercia mucho más positiva que la del equipo de Popovich, que tiene solo medio partido de ventaja sobre los Pelicans y uno sobre los propios Kings (21-31), que por fin parecen haber reaccionado... aunque seguramente tarde.
Los Spurs, por encima de todo, son un pésimo equipo fuera de casa: 8-18, lo que en el Oeste solo mejora a los Warriors (5-23), el peor equipo de la NBA en este momento. En este tramo decisivo de la Regular Season, los de Popovich vuelven a verse en su tradicional (así es desde 2003) rodeo road trip, la gira por EE UU que libera su At&T Center para el San Antonio Stock Show and Rodeo. Antes, Popovich usaba esta ruta para reafirmar las relaciones de vestuario y coger carrerilla de cara a los playoffs. En los últimos años ha empezado a ser una cuestión de supervivencia, y ahora mismo es un desastre: 0-4 en cuatro partidos con otros cuatro duros por delante (dos en OKC, uno en Denver y Utah). Y, con el All Star Weekend por el camino, ningún partido en su pista hasta el 27 de febrero. O echan algo al zurrón o se van a descolgar de forma drástica, seguramente demasiado para un equipo que no está para heroicidades.
Después de acabar en la cuneta contra unos Kings al alza desde que metieron a Bogdanovic como titular y a Bagley como sexto hombre, Popovich dijo que son incapaces de mantener el nivel durante los 48 minutos que duran los partidos. De hecho, ganaban 70-76 superado el ecuador del tercer cuarto, que se cerró en 89-78 (parcial de 19-2). Poco después, la cosa estaba 101-86 con más de siete minutos por jugar. Cuestión de ánimo... y de matemáticas: solo 7 triples (7/24) por los 19 (19/35) de los Kings. Bagley metió más que todo su rival y lo hizo con unos porcentajes prodigiosos: 9/10, 31 puntos. Los Kings, de pronto, meten tiros, juegan con cohesión, defienden y suben revoluciones. Seguramente tarde, pero la temporada ha dado un giro en la dirección correcta cuando parecía perdida.
Los Spurs no ganarán partidos a domicilio si LaMarcus Aldridge (en un bache evidente) se queda en 12 puntos y DeRozan en 14. Pese a la producción de Dejounte Murray (17+9+9) y los tramos de anotación de Forbes, el equipo texano tiene pocos argumentos que lanzar a unos rivales que acaban encontrándole los puntos débiles y mandándolo a la enfermería. Así ha sido en los cuatro primeros partidos de esta gira que puede, o esa pinta tiene, poner en jaque al equipo que siempre solía salir de ella reforzado. Desde 1997, ninguno tiene mejor balance en febrero que los Spurs (64,9% de triunfos por el 61,8% de los Rockets). Pero eso ha cambiado y en estos nuevos tiempos pueden, por primera vez desde la prehistoria, no estar esperando los playoffs al final del camino.