Envidias, favoritismo a Kawhi... ¿mal ambiente en los Clippers?
Jovan Buha y Sam Amick revelan en The Athletic el difícil ambiente que hay en la franquicia angelina. El load managment vuelve a estar en el ojo del huracán.
Rara. Así está siendo la temporada de Los Ángeles Clippers. La franquicia californiana, históricamente perdedora, se enfrentaba a una situación desconocida en el inicio del curso baloncestístico 2019-20: ser favorita al anillo. Así lo atestiguaban los fichajes realizados en el mercado veraniego, que habían atraído a Hollywood, sainete mediante, a Kawhi Leonard y Paul George. Sus llegadas eran una auténtica sorpresa para una NBA que esperaba impacientemente a que el último MVP de las Finales recalara en los Lakers o continuara en los Raptors, con los que logró el anillo. Su aterrizaje provocó que el hermano ya no tan malo de Hollywood fuera automáticamente contender. Un equipo temible y a tener en cuenta de cara al campeonao se erguía en una de las ciudades más famosas y carismáticas de los Estados Unidos.
Desde entonces, el camino recorrido ha estado lejos de ser un camino de rosas. Algo que genera una ligera sorpresa si tenemos en cuanta que Kawhi y George llegaban a una plantilla que ya contaba con Lou Williams, Montrezl Harrell o Patrick Beverley y que estaba entrenada por Doc Rivers, uno de los seis únicos entrenadores en activo que cuentan con un anillo de campeón. Sin embargo, la esperanza inicial se ha transformado en pesimismo; los Clippers no son ni mucho menos un equipo a la deriva y con un récord de 31-14 están en la tercera posición de la Conferencia Oeste, a solo media victoria de los Jazz, segundos y, eso sí, a cinco de los Lakers. No es una mala posición e incluso entra dentro de lo esperado, pero las malas noticias para los angelinos son de puertas para dentro. Al menos, eso es lo que se ha visto durante lo que llevamos de campaña y lo que han confirmado los periodistas Jovan Buha y Sam Amick en The Athletic.
Tal y como Jovan Buha y Sam Amick señalan, la franquicia ha dado por finalizado el más que necesario proceso de adaptación de Kawhi y Paul George, sobre todo si tenemos en cuenta que el segundo no debutó hasta el 14 de noviembre. Sin embargo, las constantes críticas al load managment que se han sucedido desde el inicio de temporada han acabado desmadejando a una plantilla talentosa y que el año pasado mostraba una química dentro y fuera de la pista que ahora parecen haber perdido. Esto está influido (y en esto incide mucho el artículo de The Athletic) por el carácter de Kawhi. Su constante silencio y su aparente tranquilidad dejan sin líder espiritual a una franquicia necesitada de uno si quiere optar al campeonato. Todos los grandes equipos tienen una referencia en el vestuario y si bien en Canadá esa función la ejercía Kyle Lowry, parece que el puesto ha quedado vacante en climas más cálidos.
¿Un juego colectivo cuestionable?
El carácter de Kawhi, que pasa menos tiempo con sus compañeros al haber jugado 34 de los 45 partidos posibles y estar sometido a un continuo escrutinio médico, ha hecho mella en la plantilla, más desunida que en el pasado. Rivers, para solucionar esto, ha obligado a sus jugadores a hacer sesiones de cine en las que analizan al rival, prohibiendo por el camino que utilicen los teléfonos móviles por cuenta ajena. Kawhi, más relajado con sus compañeros que en el inicio de campaña, ha empezado a hablar más en estas sesiones, pero aún queda camino por recorrer y la conexión con los suyos sigue en entredicho.
Esto se ve en pista, en la que la ausencia de un base creativo (Beverley no cumple esta función) y la cantidad de balón que asumen Leonard y George, han provocado que, con 26 asistencias por partido, los Clippers sean el quinto equipo que menos pases da de toda la competición (solo Nets, Magic, Rockets y Blazers están por detrás de ellos). Esto parece haber mejorado tras la derrota ante los Grizzlies, lo que no ha impedido que salga a la luz que algunos miembros de la plantilla no están contentos con el trato preferencial que se les da a Kawhi y a George. Todo esto se junta además con los rumores que indican que el tío de Leonard hizo peticiones ilegales a los Lakers durante el mercado veraniego y que no han hecho sino aumentar el recelo que hay sobre la figura del alero.
La comparativa con LeBron y con los Raptors
Los problemas con el load managment, criticado por una parte de la NBA en general y por LeBron James en particular, también han hecho estragos en la química del equipo. La estrella de los Lakers, que contra los Sixers podría convertirse en el tercer máximo anotador de la historia, ha criticado duramente este hecho, afirmando que no sabía cuál era la filosofía de los Clippers. "La filosofía de los Lakers es la que LeBron diga", contestaba un Rivers cada vez más harto de que le preguntaran sobre un tema que, y esto es una realidad, han resuelto los médicos.
La conexión que tiene James con sus compañeros contrasta con la de Kawhi, que ha llegado a una franquicia modélica en cuanto a química y comunicación con los médicos hace unos meses, pero que ahora no deja claro nada y no conesta a nadie sobre temas tan banales como quién va a jugar un partido.
Tampoco sale ganando el alero cuando comparamos el comportamiento de los Clippers en la presente campaña con el de los Raptors la pasada. Kawhi disputo 60 partidos durante la regular season en Toronto con un récord de 40-20. Sin él, los canadienses carburaron hasta conseguyir un impresionante 17-5. Este año la historia no está siendo a él. Los angelinos, muy dependientes de su estrella, están 26-8 con él en pista y 5-6 sin él. Un resultado que, además, supone la diferencia que hay en la clasificación con los Lakers y con la que renunciarán a una hipotética ventaja de campo que, de una manera u otra, será en una eliminatoria que se disputará en el Staples Center.
Más problemas internos
"No somos un gran equipo", decía Harrell tras la derrota ante los Grizzlies. Algo que implosionó dentro de la franquicia a pesar de los intentos de Rivers por sanar la herida. El jugador argumentó que tenían dos fichajes que nunca habían jugador con ellos y dejó entrever que los problemas podían ir más allá de la mera táctica. Pero la realidad es que no a todos los miembros de la plantilla les convence el argumento de esperar a abril, cuando empiezan las aliminatorias por el título, para dar un paso adelante.
Esto tiene una fácil explicación. Harrell, Harkless, Green y Patrick Patterson están en el último año de contrato y tienen que hacer números para asegurar su futuro. Jugadores más jóvenes como Landry Shamet, Ivica Zubac, Jerome Robinson, Derrick Walton Jr. y Terance Mann intentan adaptarse a una Liga que no te da excesivas oportunidades.