NBA | SIXERS 98 - MAVERICKS 117
Poca broma con los Mavericks: aplastan a los 76ers sin Doncic
Kristaps Porzingis se hizo fuerte ante Embiid, batiendo incluso su marca personal de rebotes, y los Mavs siguen dando sorpresas a equipos punteros.
Si seguís habitualmente las peripecias del cómico David Broncano, conoceréis la frase... "Poca broma". No es suya, es de un anuncio de Danacol, pero él siempre juega con ella para hacer chanza; parte de la gracia la formula yendo al despiste y diciendo mal el autor de la misma. Pues bien, poca broma es lo que empiezan a despertar los Mavericks en la NBA. Se pone el latiguillo de que el equipo texano es Luka Doncic y los demás y en parte es verdad, el esloveno está tirando mucho del carro y se juega a lo que él quiere, pero se empeñan en mostrarnos que es un conjunto que exprime hasta el infinito sus limitados recursos para poder ganar. Y lo están haciendo sobradamente, y sin Doncic (ahora, lesionado)... La broma se está acabando y los que se están riendo de los demás con todo merecimiento son los propios Mavs.
En la Conferencia Este ha habido varios equipos que han empezado la temporada con un gran récord en los partidos como local: Celtics, Heat... o Sixers. 14-0 llegaron a ir hasta hace un par de días. Les ganaron los Heat de Jimmy Butler, ex de los de Pensilvania y rememorado con abucheos, y ahora les ganan los Mavericks sin Luka Doncic y por una diferencia significativa: +19, 98-117. Y no es casualidad.
Los Sixers han entrado en barrena y tienen, pese a que cuentan con una plantilla equilibrada, problemas para que haya más de un jugador que coja el testigo. Si Thybulle o Korkmaz tiene un día más oscuro, no hay relevo entre los suplentes. Si Harris y Horford pasan por una mala racha, no tira nadie más de ese carro. Los de Brett Brown encaran la temporada navideña con dudas y con un vendaval en forma de clara derrota contra unos Mavericks que jugaron correctos, con prestancia pero sin forzar, y aprovecharon los huecos que el rival le iba ofreciendo.
En Dallas, como perfecto ejemplo, sí se dan pasos hacia delante. ¿No está Doncic? Pues Tim Hardaway capta lo de que corre el turno y de segunda espada para a ser primer opción. ¿Qué resultado se obtuvo en este partido? Un primer cuarto con 19 puntos de los 27 con los que terminaría, una forma bastante explícita de poner a su equipo a dominar ya desde un principio. Eso, por un parte: la otra tiene nombre letón: Kristaps Porzingis. El ala-pívot va a más cada día y ante Joel Embiid, uno de los pívots más dominantes de la NBA, logró su tope personal de rebotes capturados (18) a los que sumó 22 puntos estando por encima del 50% en tiros. Un binomio que, de nuevo, sólo consiste en poner dos caras a todo un equipo que juega como equipo.
Ayuda que haya jugadores que estén hambrientos y aquí fue el caso del australiano Ryan Broekhoff. Buenos tiros y mucha fe en sus penetraciones. Abrió espacios y estuvo en un segundo cuarto en el que los Mavs pusieron más ladrillos para construir la casa de su victoria. Embiid era el que, antes y después del descanso, metía canastas para tratar de tirarla y construir él la suya: no sirvió para mucho.
Kleber hacía rotos jugando en la esquina, Brunson ponía la pausa necesaria, Porzingis ejecutaba cuando se lo pedían... Fue otro partido en colectivo de los Mavericks, otra victoria y ya van 19 en 28 partidos. Poca broma.