Volvió el monstruo Embiid para sofocar la rebelión de los Hawks
Primera derrota de los de Atlanta ante unos Sixers invictos, que sufrieron y que contaron con el mejor Embiid posible: 36 puntos, 13 rebotes y 5 asistencias.
Cayó Atlanta Hawks, una de las revelaciones de estos pocos días de NBA que llevamos. Pero para ello tuvo que llegar Philadelphia 76ers, el mejor equipo hasta ahora del Este, único invicto de su conferencia. Y lo hizo con todo su arsenal dispuesto, con Joel Embiid en modo bestia y, con todo y con eso, estuvieron a punto de caer. Gran mérito para los de Georgia por llevar al extremo a un equipo que este año tiene pinta de ganar muchos partidos sobrado.
En realidad, los Sixers apenas fueron por delante en el marcador. Algunos minutos sueltos al final del segundo cuarto y al principio del tercero y, eso sí, los últimos del partido. Siempre en el filo de la navaja, porque su ventaja en esos instantes no pasó de los 3 puntos, pero eso también habla bien de un equipo que parece más fuerte mentalmente que la temporada pasada, cuando se le escaparon unas cuantas victorias en finales mal resueltos. Aunque la explicación básica de este triunfo fue que Joel Embiid jugó su primer gran partido del año. 36 puntos, 13 rebotes, 5 asistencias y 3 robos en una exhibición nivel MVP. Fue una pesadilla en la zona de los Hawks, haciendo la vida imposible a los pívots que iban probando contra él y también a John Collins, que se llevó de regalo un bailecito retador después de comerse un póster del camerunés.
Enfrente Trae Young empezó como un tiro, con un triple desde su casa incluido después de romper a Josh Richardson, pero esta vez no estuvo tan acertado como en días anteriores. 7/20 en tiros y 2/5 en triples para 25 puntos (y 9 asistencias) en el primer días que baja de 38 tantos. ¡Qué se dice pronto! Importante en todo esto fue una vez más el rookie Matisse Thibulle, el suplente que más jugó con diferencia (20 minutos) y que gracias a sus capacidades defensivas sobre bases y escoltas tiene pinta de que va a ser un hombre clave en el éxito o fracaso de los Sixers.
Los Hawks pudieron llevarse el encuentro. De hecho tuvieron el tiro ganador en manos de Vince Carter, que a falta de 5 segundos recibió el balón de fondo y corrió toda la cancha para tirar desde un lateral y de forma algo desequilibrada el último intento a la desesperada. Una jugada que bien podría haber protagonizado Trae Young, pero el base fue bien cubierto por Simmons al inicio de la misma y los Hawks, con el reloj en su contra, no tuvieron tiempo de propiciarle una mejor situación. Un fallo de Young segundos en el segundo tiro libre permitió a John Collins palmear el rebote y empatar el encuentro. Pero en la jugada posterior, en el último ataque de los Sixers, le pitaron personal al ala-pívot por una falta sobre Embiid cuando este tiraba a canasta. Collins se marchó eliminado, aunque hay dudas si antes de esa acción, en el forcejeo entre ambos, no fue Embiid el que metió demasiado el codo para hacerse espacio para recibir. En cualquier caso ambos equipos deben irse contentos a casa. Los Sixers porque siguen en lo alto de la tabla y sin perder y los Hawks porque demuestran que no van de farol.