NBA | ANÁLISIS

Paul George: de jugador franquicia a gregario de lujo

Tras ser la referencia de los Pacers y dejar atrás su infructuosa asociación con Westbrook, el alero busca asentarse en la Liga como segunda espada de Kawhi.

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George posa junto a Kawhi con la camiseta de los Clippers
KEVORK DJANSEZIAN AFP

El 2 de agosto de 2014 la pierna derecha de Paul George se partió en dos al intentar un tapón sobre James Harden y caer sobre el soporte de la canasta. La acción, ocurrida durante un partido de entrenamiento en Las Vegas que servía de preparación para el Mundial de ese mismo año conmocionó a Estados Unidos y dejó al alero en el dique seco durante un año.

Pudo ser el final para él. Un jugador nacido en Los Ángeles que estaba llamado a ser uno de los grandes de su generación y que venía de desafiar a los Heat de LeBron antes de lesionarse. Esos años, los Pacers llegaron a una semifinal y dos finales del Este en las que fueron apeados (como tantos otros) por El Rey. Antes de comenzar la temporada 2014-15 y de sufrir una rotura que dejó en shock al mundo del baloncesto los Pacers vivían un periodo de transición. El momento de ocupar el trono del Este había pasado y el crecimiento de la franquicia iría de la mano de su estrella, que entraba en su etapa de madurez.

La lesión truncó la progresión que podría haber llevado el alero. A pesar de que le presagiaban un año de baja, volvió para los últimos seis partidos de la temporada. El retorno ante los Heat fue en medio de una tremenda ovación y un presagio de lo que estaba por venir. Al siguiente año George disputó 81 partidos en la regular season, despejó dudas sobre su estado físico y consiguió los mejores números de su carrera hasta entonces: 23,1+7+4. Esos sí, derrota en primera ronda ante los Raptors.

El año siguiente fue el último en los Pacers. De nuevo llegó a su tope en puntos (23,7) y lideró a un equipo en el que parecía encontrarse cada vez más solo. Cayeron ante los Cavs en primera ronda (4-0) en una serie con sabor a despedida en la que George dio una auténtica exhibición en los tres primeros duelos (32+9+8 con 43 minutos por noche), especialmente en el tercero donde se fue hasta los 36 puntos, 15 rebotes y 9 asistencias. El último choque, en el que desconectó (15 tantos con 5 de 21 en tiros) aumentó la sensación de que su viaje en Indiana llegaba al final del camino. Los rumores ya le situaban fuera de la franquicia y el jugador nunca los demintió.

Alianza frustrada con Westbrook

El alero puso rumbo a los Thunder a pesar de que había gente que le colocaba en los Lakers, un rumor constante en su carrera que se ha ido repitiendo cada verano por los lazos afectivos que tiene George por el lugar en el que nació. En Oklahoma se unió a Westbrook y a Carmelo en un big three que se quedó en nada y que acabó con una participación en playoffs que se saldó con el mismo resultado que las dos anteriores para el alero: caída en primera ronda, esta vez ante los Jazz por 4-2.

Fue un año en el que George bajó sus prestaciones (21,9 puntos por partido) y en el que se hundió en el último partido de playoffs (5 puntos con 2 de 16 en tiros), para luego quejarse de una lesión de codo que supuestamente arrastró durante toda la campaña. Las quejas sobre lesiones y sus picos durante la temporada o en una serie de la fase final se convirtieron en algo contante para el alero, que decidió aguantar un año más al lado de Westbrook e ignorar los rumores que le situaban, de nuevo, en los Lakers.

La campaña pasada, ya sin Carmelo, fue la mejor de su carrera: 28+8+4, con fases espectaculares, con apuestas que le colocaban como el MVP de la temporada y acabando en el Mejor Quinteto. A pesar de todo, la estrella de nuevo se hundió en la parte final de la temporada regular y aunque cuajó unos buenos playoffs (casi 29 puntos por duelo) volvió a ser apeado a las primeras de cambio. Otra vez quejas sobre su físico (ahora el dolor era en el hombro) y de nuevo rumores sobre su llegada a Los Ángeles. Parecía que la alianza con Westbrook estaba rota. Y así fue.

Llegada a los Clippers como segundo de Kawhi

Finalmente los rumores se cumplieron y George llegó a su ciudad natal, Los Ángeles. Pero no lo hizo en los Lakers, sino en los Clippers, donde e uniría a Kawhi Leonard para convertir al hermano ya no tan malo de la ciudad en favorito al anillo.

Es curioso, pero el alero ha ido adoptando una posición cada vez más subalterna a pesar de ir mejorando sus números. Pasó de ser el jugador franquicia en Indiana a compartir galones con Westbrook en Oklahoma y ahora llega a los Clippers después de su mejor temporada para ser el segundo de a bordo (vaya segundo de a bordo) de Kawhi, el actual mejor jugador de la NBA.

Parece que en su ciudad natal será donde rompa el maleficio. Muchas lesiones, cuatro derrotas seguidas en una primera ronda de la que no pasa desde 2014 y fases de juego irregular que le han condenado en momentos importantes de la temporada. En Los Ángeles podrá adoptar un papel en el que se quitará presión y podrá centrarse en el final de campaña, ese telón de Aquiles que todavía no ha conseguido superar del todo y que tendrá como principal objetivo lo que cualquier gran jugador desea: el anillo.