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NBA

Carmelo Anthony: la caída en desgracia de un 10 veces All Star

Desde que el alero salió de los Rockets no había vuelto a contar para ningún equipo a pesar de su extenso currículum. Ahora tendrá otra oportunidad.

Carmelo Anthony, cabizbajo en un partido con los Knicks
Sergio EstradaUSA Today Sports

Máximo anotador de una temporada (2012-13), 10 veces all star, más medallas olímpicas que nadie en el Team USA (cuatro, tres de oro), Mejor Quinteto de Rookies, campeón de la NCAA, seis veces en los Mejores Quintetos de la temporada... un currículum demasiado extenso incluso sin contar con el anillo que se le ha resistido. Una lista de gestas y de récords que se evaporaron como el humo. Carmelo Anthony no juega un partido desde el 8 de noviembre y ahora, justo después de cumplirse un año, unos Blazers en caída libre le dan la oportunidad que ha esperado durante más de doce meses en la NBA.

Bien es cierto que el alero había tenido un bajón en sus últimas temporadas (en Thunder y Rockets) y que le costó adaptarse a una nueva NBA menos adecuada para sus incuestionables condiciones. Anthony era un jugador acostumbrado a los tiros a media distancia, a postear a sus rivales y a luchar por el rebote ofensivo y hacer canastas tanto desde el exterior como desde la zona. Sin embargo, el nuevo juego, donde cuentan las transiciones rápidas y los triples constantes, y donde se mueve más la bola y se juegan menos aclarados, provocó que la estrella bajara su rendimiento. Además, su actitud defensiva, nunca desarrollada del todo, ha sido puesta en el ojo del huracán. Y acabó siendo chivo expiatorio de los dos últimos equipos por los que pasó, en Oklahoma City y Houston.

Es una evidencia que hubo un bajón en su rendimiento, motivado también por el paso de los años (tiene 35), pero costaba ta creer que un jugador que había conseguido aportar tanto en la parcela ofensiva y que había sido uno de los mayores talentos de los últimos tiempos no pudiera ofrecer ya nada a la NBA. De hecho, jugadores de su generación (o en torno a ella) siguen en activo y aportando (algunos) mucho en sus equipos. Es cierto que Dwayne Wade se ha retirado, pero lo hizo tras una buena temporada de despedida. Bosh también se vio obligado a hacerlo. Pero LeBron sigue en activo, como también lo está Dwight Howard (que se recupera en los Lakers) o Chris Paul, que fue traspasado este verano por los mismos Rockets que cortaron a Melo meses antes.

De los Nuggets a los Knicks: siempre como jugador franquicia

Anthony llegó a la NBA en el famoso draft del 2003, uno de los mejores de la historia. Lo hizo junto a Bosh, Wade o LeBron, entre otros. En su primera campaña se fue a los 21 puntos y 6 rebotes y fue el único en hacer sombra al Rookie del Año de El Rey. Después de eso, parecía no tener techo. 28'9 puntos por duelo en la 2006/07, el tope de su carrera. En 2009, con George Karl en el banquillo y Chauncey Billups en el equipo (que había sustituido a un Iverson que asumía mucho y mejoraba a los suyos poco) llegó a su límite en playoffs: las finales de Conferencia que disputaron ante los Lakers, en las que cayeron por 4-2.

Se marchó a los Knicks a mitad de la 2010-11. En total, 8 temporadas en los Nuggets, en las que promedió casi 25 puntos por partido, superó los 20 por duelo en todas, hizo 5 (4 y media si contamos que en la última disputó 50 partidos) los 25 de media. De esas 5, tuvo 3 por encima de los 26 y dos rozando los 29. Un buen rédito para empezar su segunda etapa en la NBA.

En los Knicks fue un quiero y no puedo. El equipo no dio con la tecla con D'Antoni y tuvo lesiones importantes, como la de Stoudemire, que marcaron el devenir del equipo. Todo parecía cambiar en la 2012/13, con la legada de Mike Woodson a los banquillos y un estelar Melo, que se fue al mejor nivel de su carrera y consiguió ser el máximo anotador de la temporada. Sin  embargo, el bajón del conjunto del Madison en playoffs les hizo quedarse en semifinales de Conferencia ante Indiana, algo que supo a poco tras las expectativas generadas.

Las tres siguientes campañas nada. La 2014-15 estuvo marcada por las lesiones del alero, y en las dos siguientes superó la veintena pero el equipo no llegó a los playoffs. Era hora de un nuevo cambio, tanto para la franquicia, que lleva en crisis desde tiempos inmemoriables, como para el jugador, que parecía tener cada vez más lejano el anillo.

El ocaso: Thunder y Rockets

Encontró hueco en los Thunder, donde formaría un big three a priori temible con Westbrook y Paul George. A priori. El jugador fue siempre el eslabón débil del trío y empezaron a verse las grietas en su juego y las dificultades que tenía para adaptarse al baloncesto actual. Eso en un equipo en el que Westbrrok asumía mucho balón y George era el segundo al mando. Esperar la bola en la esquina para lanzar de tres no era su habilidad más desarrollada, y la poca actitud defensiva no ayudaba.

Tras la derrota ante los Jazz fue el chivo expiatorio. La pasada campaña encontró hueco en los Rockets, que se lo quitaron de encima tras el flojo comienzo del equipo. En su último encuentro hizo tan solo 2 puntos, con 1 de 11 en tiros de campo y 0 de 6 en triples. Desde entonces, nada. Sonó para los Lakers durante el año, pero la dinámica de la franquicia no permitió que se llevara a cabo el fichaje.

Hay que tener en cuenta que no estamos hablando de un jugador cualquiera. Carmelo tiene un curriculum envidiable, ha sido la piedra angular de dos franquicias, tiene un talento innato y todavía edad para aportar. O así debería ser. Ha sido, además de todo lo mencionado, un hombre récord para la selección de Estados Unidos: máximo anotador, cuatro medallas olímpicas. Es el hombre que más puntos ha metido en un duelo con el combinado nacional (37) y el que más triples (10) además de ser el máximo anotador histórico de los suyos. Ahora, tendrá en Portland la última oportunidad, veremos si para despedirse definitivamente o para regalarse un buen último tramo de carrera profesional. Pero al menos, volverá a las pistas cuando parecía ya improbable que lo acabara haciendo.