Chris Paul: el 'enemigo' de Pau Gasol pierde de vista el anillo
La salida de Houston pone al base en una situación muy difícil para luchar por el anhelado anillo; casi cambia el destino de Pau, con el que tuvo problemas en 2012.
Rookie del Año, 9 veces All Star, MVP del Partido de las Estrellas, 8 veces en los mejores quintetos, 9 veces en los defensivos, líder en asistencias en 4 ocasiones, en robos en 6... son solo algunos datos de uno de los mejores currículums que podemos encontrar en la NBA actual. Es nada menos que Chris Paul, uno de los principales damnificados del mercado de fichajes. Un jugador que, con 34 años, pierde con su salida de los Rockets una de las últimas oportunidades que ha tenido de ganar el anillo.
El campeonato de la NBA ha sido esquivo para muchos jugadores a lo largo de la historia. Que se lo digan a Stockton y Malone, a Barkley, Ewing, y un largo etcétera de estrellas que han visto como el título más codiciado del baloncesto les era negado una y otra vez. El caso de Paul en concreto es llamativo: sólo ha jugado una final de Conferencia en toda su carrera, y antes de llegar a los Rockets había sumado 12 temporadas en las que ni se acercó a unas Finales que nunca ha disputado.
No es un jugador cualquiera. Es uno de los mejores bases de la última década y, para algunos, uno de los mejores de la historia en su posición. En su primera temporada logró el Rookie del Año, y en la tercera explotó definitivamente: 21 puntos, 4 rebotes y 11.6 asistencias, a las que sumó 2.7 robos de balón, siendo el líder de la NBA en estos dos últimos apartados estadísticos.
Con tan solo 22 años quedó segundo en la votación para el MVP (que ganó Kobe Bryant) y en sus dos primeros partidos de playoffs ante Dallas hizo 35+10 y 32+17. Sumó 25+6+12 en la serie, incluido un triple-doble en el quinto y definitivo encuentro antes de avanzar a semifinales de Conferencia, cuando los Hornets, con todo de cara y el séptimo encuentro en casa, cayeron ante la experiencia y los fundamentos de los Spurs. Era un equipo con Stojakovic, West y Byron Scott en los banquillos, que había conseguido el segundo puesto del Oeste (56-26) y que con la juventud del base apuntaba maneras de cara al futuro.
No fue así. La eliminatoria ante San Antonio, perdida en el séptimo encuentro en casa, fue un reflejo de la carrera de Paul en playoffs. Siempre pasaba algo que impedía a sus equipos llegar lejos en la fase final y meterse de lleno la lucha por un anillo que siempre ha estado demasiado lejos para una estrella de tal categoría. Primera ronda en 2009 y sin fase final al año siguiente. Esta temporada fue la primera marcada por las lesiones para la estrella, que solo disputó 45 encuentros y bajó sus considerablemente sus números.
Se estrellaron de nuevo en primera ronda en 2011, ante unos Lakers en declive. Esa eliminatoria supuso la última que jugó la estrella con los Hornets... y también la última que ganó Phil Jackson antes de ser arrollado por los Mavericks en semifinales y decir adiós a la NBA.
El no traspaso a los Lakers y el conflicto con Pau
Paul acabó en los Clippers, donde tuvo su mayor encontronazo con el mayor de los Gasol. Fue el 25 de enero, cuando al final de un partido sentenciado para los Lakers, el base llamó blando (soft) al español. Éste no se amedrentó y le dedicó una irónica caricia en la cabeza. La estrella se revolvió, aunque afortunadamente y Kobe mediante, la cosa no fue a mayores.
"No me gustó que Pau Gasol me tratase como a un niño" dijo el de los Clippers en rueda de prensa. Meses después, afirmó que prefería al equipo en el que había recalado por delante de los Lakers. Por su parte, Pau, que ya había tenido que soportar ese insulto tras sufrir a Garnett en las Finales de 2008, criticó la actitud del base. El fracasado traspaso estaba en la cabeza del ala-pívot. Estuvo varias veces cerca de salir de la franquicia angelina, pero nunca tanto como en esa ocasión, en la que llegó a ser jugador de los Rockets antes de que la operación quedara vetada.
De los Clippers a los Rockets: más fracasos en playoffs
La estancia en los Clippers fue una nueva consecución de temporadas regulares impresionantes sin premio en la fase final. Y con un equipazo: Blake Griffin, DeAndre Jordan, Chauncey Billups, un Lamar Odom en horas bajas, Caron Butler, Matt Barnes... todos ellos pasaron en algún momento por el hermano pequeño de Los Ángeles (hoy no tan pequeño) o estuvieron permanentemente en él. El primer año, nuevas semifinales de Conferencia y 4-0 ante los Spurs. La temporada siguiente se dejaron remontar una ventaja de 2-0 para caer ante los Grizzlies en primera ronda.
En la 2013/14, Doc Rivers llegaba al banquillo sustituyendo a Vinny Del Negro. De nuevo llegaron a las semifinales tras un 57-25 en la regular season, el récord de la franquicia. Cayeron ante Oklahoma. En 2015, tuvieron su mayor oportunidad: 3-1 arriba de nuevo en segunda ronda ante los Rockets, y una ventaja de 19 puntos (87-68) en el tercer periodo del sexto partido. Un parcial de 51-20 en cuarto y medio les dejó sin el pase y con el Staples completamente silenciado. Los texanos sentenciaron en el séptimo. Y Paul se quedó, una vez más, a las puertas de unas finales de Conferencia a las que el base no conseguía avanzar.
Los dos años siguientes cayeron en primera ronda. En 2016 ante los Blazers con el base lesionándose (una constante en su carrera, nunca ha jugado los 82 partidos de la temporada regular) en el cuarto encuentro. La derrota del 2017 ante los Jazz puso punto y final a un proyecto lleno de talento pero vacío en los momentos decisivos.
Ponía rumo a los Rockets para compartir equipo con James Harden, conseguir el mejor récord de la historia de la franquicia (algo que ha hecho en los tres conjuntos en los que ha participado hasta ahora) y avanzar (por fin) a unas finales de Conferencia por primera vez en su carrera. Eran favoritos ante los Warriors, pero un nuevo despropósito en forma de lesión en el quinto y la pájara en la segunda mitad de los suyos en el séptimo, le dejaba (otra vez) sin posibilidad de luchar por el anillo.
En la presente campaña, de nuevo con muchas lesiones (ha disputado 58 encuentros en cada una de las temporadas jugadas en Texas) y una nueva oportunidad ante los Warrios en semifinales (la ronda maldita de Paul) que acabó en fracaso y en una bronca con Harden que ha supuesto su salida del equipo.
¿Se quedará en los Thunder?
El base ha acabado en los Thunder en un traspaso que ha llevado a Westbrook a los Rockets, donde volverá a compartir equipo con James Harden. En Oklahoma quieren reconstruirse (se han deshecho de Paul George y Russell Westbrook a cambio de primeras rondas en el draf) y la edad y el caché de Paul no encajarían con esa intención. El base de Carolina del Norte cumplió 34 años el pasado febrero y le quedan tres años de contrato por 124 millones de dólares.
Los Heat suspiraban por Westbrook y este traspaso podría haber cambiado sus planes. Chris Paul no era tan deseado como el ex de los Thunder para compartir equipo con Jimmy Butler. Tendrían que aligerar presupuesto dejando marchar a jugadores como Goran Dragic, James Johnson, Dion Waiters... y alguna ronda del draft de las que han conseguido podrían entrar también en juego. Demasiado esfuerzo para poco beneficio si tenemos en cuenta el salario y la edad del 9 veces All Star.
Ahora, Paul se encuentra en tierra de nadie. Los Thunder tienen difícil colocar un contrato como el del base en cualquier equipo y podrían optar por quedarse con él y que haga de mentor de los jóvenes. Eso sí, los rumores siguen, y Stephen Smith colocaba a la estrella en la órbita de los Lakers... algo que parece complicado. Es verdad que los angelinos necesitan un base, pero casi no les queda espacio salarial y no pueden asumir ese tipo de contrato. Por otra parte, no dejaría de ser curioso que acabara yendo al equipo al que pudo ir y no fue.
De una forma u otra, y a no ser que ocurra un milagro y el base acabe recalando en los Lakers, Paul parece haber agotado muchas (que no todas) de sus opciones de anillo tras su salida de los Rockets. Las peleas con ciertas estrellas nunca salen baratas, sobre todo con jugadores que tienen tanto peso en sus franquicias. Ahora, uno de los mejores playmakers que ha habido en la historia de la Liga busca una última oportunidad de luchar por un campeonato eternamente esquivo para él. ¿La encontrará? Lo tiene difícil, pero en la NBA nada es imposible. Eso ya ha quedado demostrado.