La Liga Griega está viviendo una historia de nunca acabar entre el Olympiacos y el Panathinaikos, y ahora acaba de sumar un nuevo capítulo. Sendos equipos se tienen que ver las caras en los cuartos de final de la liga. El primer partido de la serie se disputará en el OAKA el próximo lunes y el conjunto de El Pireo podría descender si cumple con su amenaza inicial y no se presenta.

Fue hace dos semanas cuando el Olympiacos amenazó con no jugar ante el Promitheas Patros en la última jornada de la liga, lo cual implicaría el descenso automático del equipo a la A2, segunda división griega. Para ese partido estaba designado Panagiotis Anastopoulos como parte del conjunto arbitral, el mismo que arbitró la pasada semifinal de la Copa Griega, partido en el Olympiacos terminó retirándose al descanso, precisamente con el Panathinaikos, por el arbitraje que estaban recibiendo. Finalmente, Anastopoulos rechazó la designación de arbitrar el partido y el Olympiacos terminó jugando, olvidándose en ese momento de una amenaza que ha vuelto a aparecer. 

Ahora llegan los cuartos de final y el Panathinaikos, tercero en la liga, recibe al Olympiacos, sexto, en el primer choque de la serie. La rivalidad entre estos equipos siempre ha sido histórica, pero este año ha dado un paso más: tras lo sucedido en esa semifinal de la Copa Griega, el Olympiacos amenazó con no volver a jugar contra el Panathinaikos siempre que los árbitros fueran griegos.

Esta condición impuesta, en principio, no se cumplirá para el playoff del próximo lunes y si es así, implicaría el descenso automático del Olympiacos. Hecho que parece no importarle demasiado pues la intención del bloque de El Pireo es la de abandonar su liga y recalar en la Adriática. El club ya ha mandado una carta a los 12 clubes que la componen. La decisión la tomarán el próximo 24 de mayo y si finalmente sale adelante, el Olympiacos se tendrá que comprometer a jugar un mínimo de tres años en su 'nueva' competición doméstica.