La eliminatoria enfrenta al mejor equipo de lo que va de siglo, el Panathinaikos (cuatro de sus seis Euroligas en esta centuria), con el mejor del pasado, el Real Madrid (ocho de sus diez Copas de Europa entonces), aunque los blancos viven en la actual década una segunda edad de oro con cuatro finales disputadas y dos títulos desde 2013. Y le han cogida la medida al equipo griego con cinco victorias consecutivas desde el playoff del año pasado. Después de tres temporadas con el nuevo formato de todos contra todos, solo cinco clubes han jugado siempre el playoff: el Madrid y el PAO son dos de ellos; el Fenerbahçe, el CSKA y el Baskonia, los otros tres.

Real Madrid

Contar con solo dos bases dentro de una plantilla amplísima es el gran problema estructural del Madrid en la presente temporada, un inconveniente que puede marcar el curso. La lesión de Llull en el peor momento ha reforzado esta percepción. El menorquín tiene muy difícil jugar en los cuatro primeros partidos y los blancos han preparado la eliminatoria sin él.

Campazzo será así un jugador fundamental, y más con Nick Calathes de rival. Los de Laso han sabido limitar el peligro del base griego en los dos duelos directos, ya que le han concedido el tiro (hizo 2 de 14 de tres; en esta campaña solo un 25,8%) a cambio de recortar sus opciones de pase. Promedia 8,9 asistencias, pero ante el Real solo 4,5. A Facundo le arroparán Prepelic, Causeur y Rudy, este último es fundamental en el nivel defensivo general del equipo.

Los blancos son el segundo equipo de la Euroliga que menos puntos encaja por cada posesión del rival (0,94), solo superados por el PAO (0,93), y son el bloque que más reduce el porcentaje de acierto de sus adversarios, tanto en triples (34%, por delante de las defensas del Fenerbahçe y del Panathinaikos) como en tiros de dos (49%, el único que deja a sus oponentes por debajo del 50%, seguidos por el Maccabi y el Olympiacos, curiosamente ya eliminados).

Cara al aro, el Madrid llega con el cuarto ataque más efectivo: 1,04 tantos por posesión frente 0,96 de los de Pitino, que son 12º, el peor de los ocho del playoff. Y por sexta temporada consecutiva lidera la clasificación que refleja el ratio entre asistencias y pérdidas, con la cifra más alta de las últimas cuatro campañas: 1,71 asistencias por cada balón extraviado (Rudy es primero ahí y Llull, segundo; Calathes va sexto y Ayón, undécimo). Un dato magnífico.

En lo individual, tan importante como el papel de Campazzo es el repunte de Tavares en las últimas cinco jornadas de la fase regular, donde ha promediado 25 de valoración con récord personal ante el Zalgiris (32). También mejor marca de anotación: 22 puntos. Faltará Llull, aunque estarán Deck y Thompkins, ya recuperados. Dos piezas que pueden tener, cada uno a su manera, un gran protagonismo en momentos decisivos.

La estrella - Facundo Campazzo

Base – 28 años – 1,78

No está Llull y no hay más bases, así que Campazzo será un factor determinante de la eliminatoria y más aún con Calathes enfrente, al que suele desesperar. Su misión será hacer jugar, romper en velocidad y convertirse en perro de presa sin apenas minutos de descanso. Ahí estará en igualdad de condiciones con un rival que visita poco el banquillo. Saber ahorrar con inteligencia algo de energía también entrará en la partida.

Facundo viene de atravesar una muy mala racha en el tiro de tres, incluso se le ha visto algo cansado, pero parece haber recuperado la energía en las dos últimas semanas. Encara la serie tras dos muy buenos partidos ante el Granca y el Obradoiro, donde resultó decisivo. Hizo mejor al equipo, que es la gran virtud del argentino.

Panathinaikos

El equipo griego trata de derribar un muro que ha visto cómo se levantaba delante de sus narices en esta década, desde la marcha de Obradovic de Atenas en 2012. Aquel año el PAO jugó la Final Four y el anterior, en 2011, ganó el título en el Palau Sant Jordi. Desde entonces nada. Seis años consecutivos cayendo en cuartos de final: Barcelona, CSKA dos veces seguidas, Baskonia, Fenerbahçe y Madrid han sido sus verdugos. Ante los dos últimos tropezó incluso con la ventaja de cancha a su favor.

La llegada al banquillo de Rick Pitino ha cambiado la dinámica del grupo, a pesar de que Xavi Pascual había realizado un gran trabajo. Sin embargo, con el estadounidense, que vive cada minuto en Europa como una gran aventura, con los ojos de un niño de 66 años tras el escándalo universitario que le dejó proscrito en EE UU, el equipo se ha reactivado. Más defensa todavía, la mejor de la fase regular.

Papapetrou ha dado un paso al frente tras volver de una lesión, DeShaun Thomas ha dado dos en las últimas once jornadas (casí 15 puntos de media en ese tramo) y el 2,20 Papagiannis ha empezado a ser útil. De sumar 6 victorias en 14 partidos a 10 en 16, incluidas 7 en las 8 últimas jornadas.

Pitino es el único entrenador en estos cuartos de final que no ha participado en una Final Four europea (entró en el Hall of Fame por disputar la de la NCAA con dos universidades diferentes). En realidad, no encara unos playoffs desde que en 1989 lo hiciera con los Knicks en la NBA. Muchos consideramos que es el rival más duro que le podía tocar al Madrid, aunque visto desde la trinchera griega el caramelo blanco amarga: los de Laso afrontan sus séptimos playoffs seguidos y pasaron a la Final Four en cinco de los seis anteriores. Llevan, además, cinco victorias consecutivas ante el PAO en apenas un año.

La estrella - Nick Calathes

Base – 30 años – 1,96

Trece años después de lograrlo Nikola Vujcic, alguien ha vuelto a conseguir un triple-doble en la Euroliga. Ese alguien es Nick Calathes: 11 puntos, 12 rebotes y 18 asistencias en la última jornada ante el Buducnost. De él dice su técnico, Rick Pitino, que es el mejor pasador que ha visto en una cancha de baloncesto. Y lo explica así: "Me he enfrentado como entrenador a equipos en los que estaban Magic Johnson, Larry Bird… algunos de los mejores de la historia. También Maurice Cheeks, Isiah Thomas… y Calathes es el mejor asistente que he visto en mi vida".

Su único pero es el lanzamiento de larga distancia. Una tara que permite algo de aire a sus defensores. No es necesario pasar el bloqueo por delante del bloqueador para evitar que tire. Incluso el Madrid le ha dado espacio en duelos anteriores como cebo para que armara el brazo y le ha salido muy bien esa apuesta. Dejarle lanzar a cambio de cerrar los espacios donde puede dirigir sus pases, su verdadera arma de destrucción masiva. Veremos un pulso físico-técnico-táctico con Campazzo, de lo mejor de la Euroliga.