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LIGA ENDESA | HERBALIFE GRAN CANARIA 71 - REAL MADRID 77

Campazzo llegó al rescate

El Madrid logra una victoria trabajada tras sumar solo 27 puntos en la primera parte y fallar sus nueve triples. El Granca sigue con el agua al cuello. Campazzo, 10 de sus 18 puntos al final.

Albert Oliver y Facundo Campazzo.
Albert Oliver y Facundo Campazzo.Elvira Urquijo A.EFE

El Herbalife Gran Canaria se despidió de la Euroliga el viernes, cerraba el curso de su debut con 8 victorias, 22 derrotas y tres entrenadores diferentes. El Madrid había conocido horas antes a su rival en el playoff, el Panathinaikos. Calathes y compañía vendrán de visita en diez días. Hay vida más allá de la Copa de Europa, pero los blancos no están en ella. La eliminatoria de cuartos lo marca todo y más con la primera plaza de la Liga inalcanzable, bien custodiada por el Barça. Lo que ocurre en duelos como el de este domingo se interpreta en clave europea.

Lo mejor para el Real fue ver a Campazzo con el traje de rescatador. Anotó 10 de sus 18 puntos en el último cuarto, 14 en una segunda parte que disputó íntegra (en total, 33:15 en pista). Lidió con Hannah en un bonito pulso de bases eléctricos y peleones, ayudó a cambiar el ritmo en defensa y sentenció la victoria con un robo y dos tiros libres. Desde la personal lo embocó todo: 12 de 12.

Su aportación y la de Causeur, que salió de nuevas tras el descanso, repartió cinco asistencias y tampoco se sentó, merecieron los aplausos de Laso. También la de Tavares. Lo negativo, la falta de acierto en ataque y que Rudy pidió el cambio con molestias en la espalda. “Es solo un golpe”, tranquilizaba su entrenador.

El Granca, por su parte, sigue su camino, en la misma Liga aunque en otras batallas y con el agua todavía al cuello, pero menos asfixiado y exigido sin competición continental. No le bastó la vistosa actuación de Hannah ni la energía catalizadora de Wiley. El descontrol del tercer cuarto (seis pérdidas) le dejó sin ventaja y su desacierto en el tiro le impidió reponerse: 30 de 62; 5 de 18 de tres.

Prepelic sufrió como base

Al menos, el desenlace tuvo su aquel, porque la primera parte fue fea, difícil de celebrar. Naufragaba el Madrid en ataque, le empujaba al fondo el Gran Canaria, que hacía su trabajo en plena huida por alejarse del descenso. Un partido sin ritmo, en media cancha y con el pequeñín Hannah desafiando a Tavares con bandejitas elevadas. También lo retaba Wiley desde cinco metros. El Real dominaba el rebote y dejaba a Eriksson sin triples, su gran problema es que no encontraba la canasta: erró sus nueve primeros intentos de tres. A Prepelic se le veía flojo como base y sufría atrás, solo Tavares hallaba el camino al aro de salida y, luego, Carroll con su actividad y energía, en segundas acciones pese a fallar desde la larga distancia. El asidero visitante eran los tiros libres. Por ahí sumó 9 de sus justitos 27 puntos en los dos primeros cuartos (14 y 13).

El Madrid fraguó la victoria en el tercer acto. Defensa que le permitió recuperar balones y correr, ni siquiera la tercera falta de Tavares tras una técnica le frenó. De diez abajo (35-25) a cerrar el periodo arriba (49-51). No ayudó a crear afición que el partido avanzara a tirones, de parón en parón por el Instant Replay. Rudy y Thompkins enlazaban aciertos y el Herbalife contestaba con los mates de Wiley. Un triple con carambola de Vene le daba la última ventaja: 63-61 y... Campazzo sacó el látigo. En apenas un minuto, ocho puntos seguidos, un 2+1 y otros cinco tiros libres, uno por la técnica a Hannah tras quejarse de una personal. Y como broche, con 69-73, añadió el robo definitivo y sus dos últimos lanzamientos desde la línea. De nuevo el mejor Facundo con Calathes a la vuelta de la esquina y en ausencia de Llull. El Madrid lo necesitaba.