Los Celtics se llevan el adelanto de lo que puede ser la primera gran eliminatoria de playoffs

Aunque matemáticamente no se puede asegurar, parece evidente que estos dos equipos se verán las caras en la primera ronda de la Conferencia Este. Y viendo el partido de hoy lo que nos espera puede ser para no perderse ni un minuto.

Impresionante exhibición de competitividad la vivida en Boston entre dos equipos que si algo tienen en común es que no se dan por vencidos en ningún momento. Como muestra la jugada que daba a los Pacers el empate a 112, con varios jugadores por el suelo peleando por un balón suelto en dos momentos distintos y que, por suerte para los visitantes, acabó en las manos de Thadeus Young que anotó una canasta nada fácil de espaldas.

Antes de todo eso se vio a unos Celtics dominando más que su rival, con la nueva inclusión de Aaron Baynes en el quinteto inicial que sigue dando sus réditos (13+13 para él). Y con un Al Hordford vital cuando está sano. Ayer fueron 19 puntos, 7 rebotes y 3 tapones para él, más los intangibles que siempre aporta. Enfrente, los Pacers se agarraban a su nuevo jugador franquicia (al menos está actuando como tal) desde la lesión de Oladipo. Un Bogdan Bogdanovic que volvió a estar muy inspirado en ataque: 27 puntos, 61,5% en tiros de campo, 57,1% en triples. A él y varios nombres más que también dieron un paso adelante en un día muy señalado para los de Indiana. Turner (15+11), Young (18+9+4) y Collison (12+7) jugaron a un nivel que de mantenerse en playoffs puede meter en un lío a los Celtics.

Pero los de Boston tienen a Kyrie Irving. Y aunque hay quien opina que el equipo juega peor con él, o al menos no juega tanto como un equipo, lo que está claro es que es un jugador con ángel para disputar minutos calientes. Anoche volvió a dejar varias jugadas clave, incluida la canasta definitiva en una acción en la que fue encontrándose el camino abierto hasta el aro según iba amagando pases a los lados para engañar a los defensas.

Así pues, ambas franquicias quedan empatadas en la cuarta plaza, con ventaja momentánea para los de Boston, y una certidumbre. El que pase de los dos a semifinales lo va a tener que hacer sudando, llorando y dejándose la piel.