Los Cavaliers trataron de juntar a LeBron James y Kevin Durant
David Griffin, antiguo mánager general de la franquicia de Cleveland, se lo relata a Zach Lowe (ESPN). Fue tras el anillo de 2016.
En junio de 2016, los Cleveland Cavaliers y LeBron James llevaron a cabo la mayor remontada jamás vista en unas Finales: tras ir 3-1 abajo frente a Golden State Warriors, los Cavs enlazaron tres victorias consecutivas y conquistaron el primer anillo de su historia. Se puso punto final a 52 años del error junto al lago y los acontecimientos se desataron.
Los de la Bahía, heridos al perder un campeonato que debía ser suyo tras la mejor temporada de la historia (73-9), se lanzaron a por la gran ballena blanca en el mercado, Kevin Durant. El alero finalizaba ese verano su contrato con los Thunder y decidió dar un giro de 180 grados a su carrera y cambiar Oklahoma por San Francisco.
"Explorar todas las formas posibles"
Una decisión que trataron de evitar desde la propia Cleveland. Según relata David Griffin, mánager general de los Cavaliers en esos momentos, a Zach Lowe se dio orden directa de "explorar todas las formas posibles para obtener a Durant". "Todos sabían que incluso lograr un reunión (con la estrella) era una posibilidad remota. Tendrían que destripar la mayor parte del equipo que había alrededor de LeBron James para adquirir a Durant", escribe el periodista de la ESPN. "Pero al menos tenía que hacer su debida diligencia".
"Por entonces había un temor creciente de que el alero pudiera realmente unirse a Golden State Warriors, recién salidos de una temporada de 73 victorias y de un desamor de las Finales a costa de James y los Cavs. Todos entendieron lo que eso provocaría en el panorama competitivo de la Liga", continúa Lowe.
Finalmente, Durant llegó a los Warriors y la leyenda del equipo se hizo aún más grande con otros dos anillos consecutivos. Y una sensación de acorazado invencible que puede estar muy cerca de conquistar un título más este curso. El alero, por su parte, aumentó su palmarés individual con dos MVPs de las Finales gracias a un ecosistema realmente sorprendente dentro del deporte de élite, donde los egos de los antiguos (hablamos de Curry, principalmente) se han dejado a un lado y se han conectado para luchar por la grandeza absoluta.
Este verano, el escenario de un Durant indeciso puede volverse a repetir. El jugador acaba contrato con Golden State y tras saciar gran parte de su apetito deportivo, la llamada del gran contrato económico llama con fuerza a su puerta. ¿Será en Nueva York? Veremos.