Magic reunirá a la plantilla de los Lakers; Nuevo objetivo: Morris

La victoria sobre la bocina en el Garden ante el gran viejo enemigo, Boston Celtics, ha sido un soplo de optimismo, y ánimo, para unos Lakers a los que se les estaba hundiendo el barco de tanta agua que entraba en la cubierta: tras las lesiones, que han marcado el tramo central de la temporada de un equipo que era cuarto del Oeste en Navidad y ahora es décimo, al efecto nocivo para el vestuario del órdago fallido por Anthony Davis y los rumores en torno a la mala sintonía de la dirección deportiva y el propio LeBron James, que se ha perdido 17 partidos por primera vez en una temporada (y quedan 27 por jugar), con el entrenador, Luke Walton.

Justo antes del 'no' definitivo de los Pelicans por Davis llegó una derrota por 42 puntos en Indiana. En esas, ganar en el Garden a los Celtics fue una bendición de valor incalculable, por mucho que solo sea un partido de Regular Season más. Por un lado, suma para un equipo al que no le va a sobrar nada (a un partido y medio ahora del octavo puesto del Oeste). Por otro, limipia el ambiente en medio de una gira muy complicada y con parada ahora en Philadelphia, donde esperan unos Sixers temibles y cuando todavía no es inminente el regreso de Lonzo Ball, que al menos no jugará hasta después del All Star Weekend (se lesionó el 19 de enero y se le calculó una baja de al menos cuatro semanas).

Además, y en un intento por ventilar la casa y pasar página, el presidente Magic Johnson (y según Los Angeles Times) va a visitar al equipo en Philadelphia y va a organizar una reunión antes del partido de mañana. El objetivo de Magic es explicar al vestuario todo lo relativo al caso Davis, hacer ver, sobre todo a los jóvenes, que hay una inevitable parte de la NBA que es negocio y que el objetivo de los Lakers es tener las mayores opciones posibles de pelear por campeonatos. Y demostrar también lo orgulloso que está del esfuerzo hecho en Boston a unos jugadores a los que dará la opción de hablar con toda libertad y sobre todo lo que crean necesario.

Por otra parte, Rob Pelinka, general manager y mano derecha de Magic, ha hablado de lo que afronta el equipo en esta última parte de la Regular Season, para la que ya no están Michael Beasley, Ivica Zubac ni Svi Mykhailiuk pero para la que se han sumado Reggie Bullock y Mike Muscala. Además, los angelinos han liberado una plaza en su plantilla que tiene favorito, y no es el cacareado Carmelo Anthony: Markieff Morris, todavía en waivers, es para los Lakers una opción interesante por su capacidad para poner físico en defensa y un puñado de puntos en ataque. Estaba en 11,5 puntos y 5,1 rebotes en los Wizards antes de una lesión que todavía no le ha permitido jugar desde el 26 de diciembre.

Los Lakers, curiosamente, batieron en Boston (22) su récord de triples. Eso en una temporada en la que la falta de tiro exterior (un problema de confección de plantilla) estaba siendo un lastre en muchos partidos determinante. Los Lakers ocupan el puesto 27 en porcentaje desde la línea de tres (33,9%) y el 20 triples anotados por partido (10,3). Pero eso llega un pívot como Muscala, con buena muñeca y que aporta un perfil distinto a McGee y Chandler (y al ya traspasado Zubac) y sobre todo Bullock, un buen alero que está en el percentil 93 de la liga en anotación tras bloqueo y cuya llegada puede ser agua de mayo para un equipo que es el peor de la NBA en catch and shoot (33,1%).

Pelinka habló ayer con los medios, aseguró que la falta de tiro exterior era un problema que había analizado junto a Magic Johnson y un Luke Walton al que quiso respaldar ("está haciendo un gran trabajo ante los problemas") ante los rumores de que su posición se encontraba extremadamente debilitada, pero echó balones fuera cuando se le preguntó si se equivocaron al no añadir más lanzamiento ya en verano. Además, dejó un mensaje para la plantilla tras lo sucedido en las últimas semanas: "Ante la adversidad hay que decidir qué actitud se prefiere tomar, se puede optar por unirse más o por separarse...".