Orlando, nueva oportunidad para el resurgir de Markelle Fultz
El base, número uno del draft 2017, deja Philadelphia tras disputar solo 33 partidos en temporada regular de 164 posibles. El hombro, su cruz.
Los Sixers se hicieron con Tobias Harris y conformaron un quinteto inicial absolutamente excepcional (Ben Simmons, JJ Redick, Jimmy Butler, Tobias Harris y Joel Embiid) pero se quedaron casi sin rotación. Así que dedicaron el cierre del mercado a reforzar su segunda unidad, primero con James Ennis, que llegó desde Houston Rockets, y después con Jonathon Simmons, que fue traspasado desde Orlando Magic junto a una primera ronda de draft (2020, protegida y de los Thunder) y una segunda (2019). A cambio, los Sixers rompieron finalmente lazos con Markelle Fultz, el número 1 del draft de 2017.
En aquella elección, los Sixers subieron dos puestos, desde el 3, para poder elegir en el 1 a Fultz. Los Celtics se llevaron una primera ronda y eligieron después a Jayson Tatum. La jugada no salió como se esperaba en Philadelphia. El base solo ha disputado 33 partidos de los 164 posibles en Regular Season por culpa del hombro (principalmente), la muñeca, la cabeza y los consejos de su entorno. Jugó 14 duelos en su año de rookie (cuatro al principio, diez al final) y esta campaña 19 (todos al principio, desde el 19 de noviembre está inactivo). Esa cifra de duelos disputados es la más baja para un número uno de draft con el equipo que le seleccionó en toda la historia de la Liga.
Primera temporada: la metamorfosis
El inicio de su pesadilla estuvo marcada por una extraña metamorfosis en la técnica que empleaba Fultz a la hora de lanzar los tiros libres. Compleja, forzando mucho en el último momento y con resultados bastante mediocres: 53,4% desde la personal en estos dos años. Nadie supo explicar el porqué del cambio. Brett Brown, antes de iniciar el pasado curso, aseguró que el base, por iniciativa propia, había modificado su estilo. Descontento por el resultado, el entrenador consideró que el jugador había perdido más que ganado y que era hora de volver a las raíces. Por su parte, el ex de Washington señaló en The Ringer que la variación no había sido buscada, sino necesaria por el dolor intermitente que sentía en el hombro y que no tenía un patrón claro. Jugaba con dolor y lanzaba con dolor. Entre sufrimiento y acusaciones cruzadas entre Brown, Keith Williams (su entrenador de tiro en 2017), Raymond Brothers (su agente) y Bryan Colangelo (antiguo mánager general de la franquicia) se cerró la temporada.
De la ilusión al traspaso pasando por el yips
El segundo curso pintaba más halagüeño. Había esperanzas tras un verano repleto de entrenamientos específicos de tiro. Sin embargo, nada mejoró. Comenzó de titular, pero su deficiencia no había desparecido y se colapsaba en pista con Ben Simmons: ambos ocupaban las mismas zonas porque ninguno sabe lanzar de media y larga distancia. Philadelphia no arrancaba y las dudas sobre sus opciones en el Este post-LeBron se dispararon con Brett Brown en el punto de mira por unir a los dos bases desde el salto inicial. Fultz tampoco se libraba de las críticas.
Con la llegada de Butler, los Sixers salieron a flote. El base ocupó el banquillo y se llegó al punto álgido de la tragedia con la espantada del jugador y las dudas sobre si tenía problemas físicos de verdad en muñeca y hombro o si era su cabeza la que no podía asimilar tanta presión. Y la enfermedad de yips se hizo fuerte en los círculos de la NBA cuando se hablaba del problema Fultz, que se trasladó a Nueva York para ver a diferentes especialistas que certificaron la dolencia. El primero en referirse a ella fue Drew Hanlen, entrenador de tiro del base durante el periodo estival y con el que rompió su relación laboral a mediados de noviembre.
El yips es una pérdida parcial de la habilidad motriz de grupos musculares que no tiene una explicación clara: algunos estudios centran el problema en la tensión y la ansiedad que tienen los jugadores con altos salarios y elevadas expectativas tanto deportivas como sociales. Otros (los estudios más recientes), dan más importancia al control neuronal sobre unos músculos que acaban sufriendo contracciones involuntarias al ejecutar una misma tarea constantemente.
Salida a Orlando
Tras la amenaza de su agente de que su representado no volvería a jugar y con las opciones de un traspaso en mente, se ha llegado a esta situación: Fultz tratará de recuperar la senda profesional en los Magic, un equipo joven sin nada que perder y que ha mostrado desde el primer minuto su confianza en el joven base. El presidente de la entidad, Jeff Weltman, y el mánager general, John Hammond, consideran este fichaje como una operación de bajo riesgo y alta recompensa si sale bien. Los Magic continuarán con un proyecto a largo plazo, lo que permite que Steve Clifford y su personal trabajen con calma, sin agobios con el jugador más joven en la historia en lograr en triple-doble.