NCAA

Ja Morant: el base que amenaza a ritmo de récord el dominio de Duke en el draft 2019

El jugador de Murray State está impresionando en su segundo año como universitario y ya figura en el top-3 en todas las previsiones del draft.

DONALD MIRALLEAFP

Aunque ya había jugado una temporada en Murray State, universidad (no de las más potentes) de la División I de la NCAA, fue el training camp de Chris Paul del pasado verano cuando Ja Morant se hizo un nombre entre los círculos que estudian a los futuros proyectos para la NBA. Desde entonces su fama no ha parado de crecer. Ha pasado de no contar para las primeras plazas del draft, a ser uno de los bases que más miradas atraían, para acabar apartando rivales de su camino y estar en el top-3 en todas las quinielas.

Lo que está haciendo no es para menos. Promedia 24,1 puntos y 10,3 asistencias. Desde la temporada 83/84, la primera en la que se contabilizaron las asistencias, nadie ha promediado un 20+10 en la División I de la NCAA, donde juegan los equipos más potentes del país. Sus medias en enero asustan. 25,4 puntos, 11 asistencias y 2 robos en los diez partidos del último mes, que se han traducido en 8 victorias y 2 derrotas. El récord total de Murray State es de 17-4.

Pero más allá de las estadísticas, que podrían hablar por sí solas, son muchos más los puntos fuertes que los débiles (que también hay alguno) los que han conquistado a los expertos. 

Lo más evidente cuando le ves por primera vez, lo que más llama la atención, es su explosividad, tanto con los pies en el suelo como en el aire. Su velocidad en arrancada y en carrera le convierte en un jugador muy difícil de defender, algo que combina perfectamente con un manejo de balón de primer nivel. Cuando le toca saltar la potencia se desborda por todas lados. Hay infinidad de vídeos recopilando vuelos de Morant que son un auténtico espectáculo.

Su visión de juego es un de sus fuertes más evidente. El número de asistencias por partido lo atestigua. Es capaz de sacar pases de canasta en situaciones complicadas o difíciles de ver, lo que provoca bastantes pérdidas (5,1), una de las cosas que más tiene que mejorar. Eso y aprender a contemporizar el ritmo de juego en ciertos momentos son dos de las cosas en las que más tiene que trabajar. Al mismo tiempo, ha dado muestras de responsabilidad en varios encuentros con resultado incierto, en los que se ha echado el equipo a la espalda sin pensarlo dos veces. Una de sus especialidades en cuanto a asistencias son los alley oops.

El otro agujero negro (sólo a medias) es su lanzamiento de media y larga distancia. Tiene un 30% en triples, exactamente igual que la temporada pasada. Su técnica no es para nada mala, pero de momento no ha sido capaz de traducirlo en buenos porcentajes. Curiosamente, demuestra una capacidad innata para meter tiros muy lejanos. Una cosa bien distinta son los tiros libres. Tanto el año pasado como éste firma un 80% redondo, pero con la diferencia de que este curso tira el doble de veces (8,2 por partido). Un arma muy importante para un jugador con tantos recursos ofensivos.

También está demostrando un muy buen nivel defensivo gracias sobre todo a dos cosas. Sus brazos, larguísimos, que complican mucho el bote del balón rival, y su excelente desplazamiento lateral, indispensable en la defensa exterior. Los robos (2 por encuentro, también doblando lo que hizo en la 17/18) es otro aspecto que ha sumado a su repertorio.

Hay quien opina que el hecho de no jugar en una universidad top hace que se esté enfrentando con rivales no tan potentes y que sus números podrían estar adulterados, al no competir ante los mejores rivales posibles. Hay un poco de todo, porque también ha tenido partidos bastante exigentes. Pero hay quien recuerda también que pasaba lo mismo con dos jugadores como Damian Lillard (Weber State) y CJ McCollum (Lehight), que tampoco llegaron de universidades súper potentes y con los que existían las mismas dudas que ahora con él.

Lo único seguro en este momento es que mires la lista que mires, casi al 100% encontrarás a Ja Morant entre los tres primeros puestos en los pronósticos para el draft del próximo verano. El primer base ya prácticamente sin discusión y el único jugador que se atreve a poner en entredicho el dominio absoluto de las tres estrellas de Duke: Zion Williamson, R.J. Barret y Cameron Redish.

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