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NBA

"Cuando vi que me iban a pagar 50 millones, vomité dos veces"

Tyler Johnson recuerda el lucrativo verano de 2016: "Perdí peso, tenía ansiedad, no sabía ni dónde iba a jugar", asegura el escolta de los Heat.

"Cuando vi que me iban a pagar 50 millones, vomité dos veces"
Chris GraythenAFP

Miami Heat anda a la búsqueda de un golpe de efecto desde que se fue LeBron James y se clausuró el proyecto del big three. Dwyane Wade se marchó y ha vuelto, está ahora en su último baile, y unos coágulos de sangre frenaron en seco a Chris Bosh cuando tenía que ser el rostro de una franquicia que apostó por retenerle para evitar el derrumbe total. Desde entonces, los Heat han evitado entregarse al tanking, han competido y han sostenido una jugosa clase media... si llegara una estrella que se resiste. Ni en la agencia libre (Kevin Durant...) ni vía traspasos (Jimmy Butler...) que no llegan a concretarse.

Tienen, eso sí, unos factores importantes a su favor por mucho que lleven tiempo sin ser determinantes: un mercado sólido y mediático, Pat Riley en los despachos, el excelente Spoelstra en el banquillo y un tremendo equipo de desarrollo de jugadores, una impecable cultura de franquicia que saca lo mejor de prácticamente todos los jugadores que pasan por allí. Ahora se está viendo con Derrick Jones, antes con Josh Richardson y muchos otros, entre ellos Tyler Johnson.

Johnson tiene ahora 26 años y está cumpliendo un contrato de cuatro años y cincuenta millones de dólares (19,2 esta temporada, player option idéntica la próxima) que fue una verdadera bomba en el verano de 2016. Tanto es así que hasta el propio jugador tuvo una reacción totalmente fisiológica cuando se enteró de lo que iba a empezar a ganar: "Vomité un par de veces cuando me enteré de la cifra. Me quedé en shock, hasta perdí peso los siguientes días por la ansiedad que tuve durante todo el proceso, cuando no sabía dónde iba a jugar", aseguró el propio escolta a principios de esta semana en un acto promocional en Miami.

No era para menos: solo dos veranos antes, en 2014, no había sido drafteado después de cuatro años en Fresno State en los que promedió 10,6 puntos y 2,4 asistencias. Un combo guard de 1,93 sin un techo a priori demasiado alto, tuvo que labrarse su trayecto a la NBA a través de la G-League y de un par de contratos de diez días con los Heat, que no lo firmaron hasta febrero de 2015 un contrato para esa temporada y la siguiente, en la que además solo jugó 36 partidos por una fracutra de mandíbula primero y operación de hombro después. Con 68 partidos de Regular Season, 8,7 puntos de promedio en esa accidentada segunda campaña y 24 años, Tyler Johnson se llevó 50 millones de dólares en el verano de 2016.

Fue, en fin, uno de esos casos de estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. La NBA había firmado su nuevo contrato de 24.000 millones por nueve años con ESPN y Turner, y el salary cap subió entre las temporadas 2015-16 y 2016-17 de 70 a 94 millones de dólares. Las franquicias se lanzaron a una carrera histérica (3.000 millones garantizados en nuevos contratos en las primeras 96 horas de mercado veraniego) cuyas consecuencias se alargan todavía en una contracción que se sintió mucho los dos últimos veranos y seguirá así para todo lo que no sean grandes estrellas: clase media, meritorios... Contratos más cortos, menos millones garantizados... El verano de 2016 fue el de los 70 millones por 4 años a Evan Turner en Portland, los 72x4 a Noah en Nueva York y a Biyombo en Orlando, los 64x4 de Mozgov en los Lakers... y los 50x4 de Solomon Hill en Nueva Orleans y Tyler Johnson en Miami.

Johnson logró con su trabajo que Bulls, Rockets y Nets se interesaran por él cuando se convirtió en agente libre restringido en el mejor momento posible. Los Nets, que buscaban salir de la nada absoluta que había quedado tras la fallida era Pierce/Garnett, andaban tentando a todo lo que podían para lograr algo de talento con lo que arrancar. Así trataron sin éxito de llevarse a Allen Crabbe de Portland, a Otto Porter de los Wizards y a Johnson de Miami. En la liga se le llamó el "impuesto Nets", sobresueldo que tenías que pagar para retener a jugadores que no valían tanto pero a los que los Nets firmaban a lo grande como agentes libres resgringidos para que sus equipos se pensaran mucho si igualar. Y los Heat lo hicieron cuatro días después de que Johnson hubiera firmado con los Nets, se hubiera despedido de sus compañeros y estuviera ya buscando casa en Brooklyn. Kevin Durant eligió Oakland, Wade se marchó a Chicago y los Heat se vieron sin plan y con dinero... y optaron por retener a un Johnson que, entre los vómitos y la ansiedad, no se podía creer todo lo que le estaba sucediendo. Esta temporada está jugando más de 25 minutos por partido y promediando 11 puntos, 3 rebotes y 2,3 asistencias.