Ya se puede decir con voz alta y sin miedo. Los San Antonio Spurs han regresado. Con excepción del tropiezo ante los Bulls del sábado, han ganado cinco de sus últimos seis partidos. Y lo han hecho con una diferencia media de 23,2 puntos. Esta noche, sin ir más lejos, le han hecho un +27 a los Sixers, la peor derrota de la temporada para los de Philadelphia.

Pero lo más sorprendente es la forma en la que secaron todas las armas ofensivas de su rival. Embiid 13 puntos, 35,3% en tiros de campo y 0/6 en triples. Butler 6 puntos, 23,1% en tiros de campo y 0/3 en triples. J.J. Reddick y Simmons, que acabaron con 16 y con buena puntería, lanzaron 21 tiros entre los dos. Debacle para un equipo que últimamente está perdiendo más partidos de la cuenta y no está aprovechando los últimos tropiezos de los Raptors para intentar acercarse al liderato.

¿Y de los Spurs qué se puede decir? Pues que desde que la mayoría de la prensa y el público les dieron por tocados y cerca de verles hundidos han resurgido como un equipo algo más que fiable. No es la primera vez que pasa, no debería sorprender a nadie.

Su Big-Three cada vez funciona mejor. Esta vez fueron 61 puntos, 22 rebotes y 12 asistencias entre Rudy Gay, LaMarcus Aldrige y DeMar DeRozan. Los de San Antonio se quedan a medio partido de los playoffs, cuando hace nada parecían medio desahuciados.