Los Lakers de LeBron rompen el cerrojo de los Grizzlies de Marc

Los Lakers llegaban a Memphis en el segundo de los dos partidos por el Oeste a los que se enfrentaban en dos noches seguidas, y ante dos equipos aguerridos y con distintas razones para ganarles: los Spurs y los Grizzlies. En San Antonio cayeron, por lo que el back-to-back ante el equipo que capitanean Gasol y Conley, que también lo sufrió pero habiendo ganado en Nueva Orleans, no resultaba halagüeño.

Pero estos Lakers parecen muy ajenos a todo ese ruido. Ganaron bien, muy bien incluso: 88-111. Se apoyaron en lo cerrada que es la defensa de los Grizzlies para percutir desde fuera, anotando hasta 16 triples -su máximo en lo que llevamos de temporada- de 41 intentos.

Las incorporaciones desde el banquillo fueron las que hicieron a los Lakers irse en el marcador cuando se estaba acabando el primer cuarto. Y, sobre todo, desde fuera. Caldwell-Pope, Stephenson y Mykhailiuk rompían por varios sitios a la defensa de los Grizz, ello sumado a que JaMychal Green no podía en el enfrentamiento individual con un Kyle Kuzma que anotaba y también derivaba. Dos triples de Josh Hart ponían, antes de que los locales se diesen cuenta, 20 de ventaja (24-44, minuto 17) para el equipo de Los Ángeles.

La salida de Noah, que ha comenzado bien su etapa en Memphis, no fue el revulsivo esperado esta vez. LeBron, primero con su conducción, llevó a los Lakers a irse 40-63 al descanso; después, ya en el tercer periodo, vino a presentarse como el marciano que es con hasta tres acciones de alto calibre, demostrando que a él es difícil que hasta un equipo muy bueno defensivamente pueda hacerle sombra.

El partido murió pronto. Sólo restó ver goteo de puntos por parte de Wayne Selden y alguna acción combinativa de los interiores locales, Gasol y Jackson (cada uno anotó 11 puntos). Poco más. Al público de Tennessee sí le quedó por observar cómo los Lakers vuelven a darse un homenaje y, de paso, superan a los Grizzlies en la clasificación de la Conferencia Oeste: 16-10 a 15-10.