WASHINGTON WIZARDS

¿Fin de proyecto en los Washington Wizards?

La franquicia de la capital suma seis victorias en 17 partidos y la música no suena como debería en un equipo con John Wall y Bradley Beal a los mandos.

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Los jugadores de Washington Wizards y Scott Brooks durante un tiempo muerto.
Will Newton AFP

Las aguas bajan revueltas por el Potomac desde hace tiempo, aunque en esta temporada parece que el río está cerca de desbordarse y llevarse por delante todo lo construido en los Wizards desde que en 2010 seleccionaron a John Wall como número uno del draft. Una opción nada sorprendente: el proyecto no avanza, con las semifinales de la Conferencia Este como tope y sin llegar en los últimos ocho años a las 50 victorias. La media de triunfos desde que el base aterrizó en la capital es de 36,9 (49 de máxima, 20 de mínima). Ni Saunders ni Wittman ni Brooks han encontrado el libro de instrucciones para que el equipo dé un paso al frente.

A pesar de contar con uno de los mejores backcourts de la NBA (Wall y Bradley Beal, número tres de 2012), los Wizards siempre han encontrado la manera de autodestruirse. El constante y bien aireado mal ambiente en el vestuario ha sido el plato de la casa. Desde la extraña relación entre las dos estrellas hasta los ataques a la segunda unidad, la lista de desprecios llegó a su punto culmen cuando Wall insultó a Scott Brooks en un entrenamiento y con las reprimendas de Beal a la directiva por empeorar el equipo. Todo público, nada queda en privado, parece el dogma en la capital. "Creo que está comprobado que yo no era el cáncer del equipo", dijo Gortat, ahora en los Clippers tras cinco temporadas en la capital.

La debilidad del conjunto ha llegado a un punto en el que está Wall parece cerca de romperse: anota menos (de 21,5 puntos a 19,4) y lanza peor desde el triple (37,1 a 34,1). Incluso ha descendido en asistencias y por segundo año consecutivo está por debajo de las diez: 9,6 en la 2017-18 y 7,9 en la 2018-19, a escasos ocho meses de comenzar un mega contrato de 170 millones y cuatro años. Si sumas momento y futuro económico, las dificultades para traspasarle y comenzar de cero, se multiplican... aunque siempre está Phoenix para cometer alguna locura o Miami para tratar de acortar plazos y volver a la élite al estilo Pat Riley.

Morris, Porter y Howard

Pero Wall no es el único cuyas prestaciones han caído. Markieff Morris está en un 34% en triples, Otto Porter, en 10,6 tantos y un 35,6% (cuatro y nueve puntos menos, respectivamente) y Howard, en pleno declive, está en 12,8 puntos y 9,2 rebotes (es la primera vez en su carrera que no alcanzada la decena). Solo Beal mantiene cierta estabilidad: ni adelante ni atrás. El escolta es junto a Wall lo más jugoso (solo tiene 25 años) que tiene Washington para ofrecer al mercado, pero según Zach Lowe, el precio que piden por él es demasiado elevado y los interesados salen corriendo sin mirar atrás.

Un cúmulo de desdichas que se ha transmitido al global de un equipo que ha pasado de ser la tercera mejor franquicia desde el triples (37,5%) a la número 26 (32,7%). Además, anota 106,9 tantos por cada 100 posesiones cuando el curso anterior estaba en 108,1 y recibe 111,9 en comparación a los 107,5 de la campaña pasada. De ahí, los solo seis triunfos que suman con un calendario espantoso ahora: Toronto, dos veces Nueva Orleans, Houston y Philadelphia.

Un suma y sigue de malas noticias que tienen en Ernie Grunfeld, su principal culpable. El mánager general de la franquicia desde hace 16 años no ha sabido reflotar el barco con movimientos estériles año tras año y una extraña historia de gastos excesivos que convierten a los capitalinos en lo más cercano a un Estado fallido que se recuerda en la NBA. Los Sixers, al menos, tenían un plan. Extraño, difuso y que mirándolo en frío es una gran mentira (solo Embiid y Simmons continúan como piezas de verdad en lo que se conoce de El Proceso), pero lo tenían y lo supieron vender. Así están lo Wizards... y aún quedan dos tercios de regular season.