EUROLIGA | 7ª JORNADA

Carroll rescata al Madrid del Khimki con 15 puntos exprés

El equipo ruso, en ausencia de Shved, durmió el duelo y llegó vivo al final. Carroll desatascó el ataque blanco con 15 puntos (todos los que anotó) y 19 de valoración en el último cuarto.

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El gran reto de esta Euroliga tan dura es no parar de remar nunca. Que se lo digan al Baskonia, por ejemplo, que acaba de perder en Podgorica ante un colista que aún no se había estrenado. Y eso, remar sin desfallecer, es lo que hizo el Madrid para seguir líder e invicto (7-0) aunque nunca encontrara el ritmo bueno. La aparición de Carroll le rescató de la somnolencia contagiada por el Khimki. Boom Boom entró al último cuarto con un triple fallado, cero puntos y -1 de valoración. Y salió con la victoria en el bolsillo soplando sus pistolones humeantes tras descerrajar 15 tantos en ese acto final. Apiló tres canastas y seis tiros libres sin fallo y un triple de dos para 19 de valoración (pasó de -1 a 18). De proeza en proeza (recuerden Tel Aviv), y todas exprés.

En el baloncesto, como en la vida, dos más dos no siempre son cuatro. Los mecanismos que articulan un equipo no se explican solo con sumas y restas. Lo demostró esta vez el Khimki, que sin Alexey Shved, hizo piña y cambió el genio de su estrella por la pizarra de su entrenador, Bartzokas, que llegaba en el alambre. Más sinergia y menos alardes individuales.

El Madrid pensó que sin Shved lo acabaría ganando, como así fue, y el Khimki que tocaba apretar los dientes para demostrar que sin el yugo de su figura también se puede triunfar, o al menos coquetear con el éxito. Lo peleó a su manera, trabó el duelo, alargó los ataques, defendió bien y reboteó mejor: 34 a 39 cuando en los rechaces era el peor de toda la Euroliga. Y además tuvo algo de suerte, sí, porque el Madrid erró demasiados lanzamientos liberados. Pasó de una tarjeta en los triples de 4 de 8 en el minuto 13 a fallar 14 de los 17 siguientes.

Jordan Mickey, triplista por un día por el miedo a Tavares

Los de Laso llegaron a mandar por 13 (34-21, minuto 14). Amenaza de ruptura que el Khimki evitó inyectando a su rival toda la modorra en vena que aún le quedaba en el equipaje. Y abrazó así su objetivo. Se puso arriba con un cinco, Jordan Mickey, convertido en triplista por obligación para huir de la tiranía de Tavares bajo el aro. El gigante le había amargado en el primer periodo a base de intimidación y el americano se lio la manta a la cabeza. Llevaba 0 de 7 en esta Euroliga desde el 6,75 y probar suerte y cogerle el gustillo fue todo uno. Dos dianas seguidas y luego una tercera (4 de 11). Se sintió Shved por un día y el Khimki se puso arriba poco después: 54-55.

Alcanzó vivo el último cuarto tras lanzar otra vez más de tres que de dos (cuatro intentos más, 54 en lo que va de curso). Y por no entregarse, no languideció ni con el 74-64 del minuto 37. Se plantó con opciones casi bajo la meta: 77-74 a 26 segundos de la bocina. Carroll completó su gran trabajo embocando los dos tiros libres finales. De nuevo héroe madridista, esta vez con el desatascador en la mano, con el que salió de cena con sus compañeros para celebrar el cumpleaños de Llull, 31 años ya. Felicidades.

Gabriel Deck intenta un lanzamiento acrobático.