La NBA ha sancionado a Kyrie Irving con 25.000 dólares. Así lo anunciaba Kik VanDeWegue, vicepresidente ejecutivo de operaciones de la liga, por la siguiente razón: tirar el balón contra los aficionados del Pepsi Center de Denver al finalizar el partido. Jamal Murray fue el motivante de esa acción de Irving. El escolta de los Nuggets acabó con 48 puntos el partido ante los Celtics e intentó superar los 50 con un triple en la última jugada, sobre la bocina y sin que nadie le estuviese defendiendo.

Esa acción no le hizo ninguna gracia al base de los de Boston, al que le llegó el balón después de dar en el aro. Mientras otro jugadores recriminaban la acción a Murray, Irving fue hacia el otro lado de la cancha negando con la cabeza, con un claro gesto de desaprobación. Jordi Fernández, entrenador asistente español de los Nuggets que coincidió dos temporadas con Irving en Cleveland, fue a darle la mano. Kyrie no se la dio e inmediatamente después lanzó el balón a la grada de muy malas maneras.

"Simplemente no lo haces. Hay una tradición y un respeto dentro de la Liga, así como en cualquier competición de baloncesto. Obviamente has ganado el partido, lo tienes sellado, has tenido un gran día, el partido de tu vida, y haces algo así... Es mezquino e inmaduro", explicaba Irving sobre la acción de Murray. Y le dejaba un recado: "Aunque le volveremos a ver".

Ese próximo encuentro entre ambos equipos será el 18 de marzo en el TD Garden. Veremos si para entonces las aguas han vuelto a su cauce o, por el contrario, Kyrie y compañía no han olvidado el gesto de Murray.