Jamal Murray: Lennox Lewis, hockey y mucho kung fu
El escolta es uno de los grandes puntales de estos magníficos Denver Nuggets. 'El arquero' nació en la ciudad del campeón de boxeo y creció con Bruce Lee.
"Crecí en una casa de kung-fu. No fue hasta que me hice mayor cuando descubrí que en la mayoría de las familias no se hablaba sobre el Templo Shaolín o de Jackie Chan durante la cena". Jamal Murray descubrió el amor por las películas de artes marciales cuando era todavía niño. A los siete años, vio su primera película, 'Five Deadly Venoms', junto a su padre. Desde ese instante, el mundo del guard de Denver Nuggets cambió para siempre. "Pase muchas de esas películas por alto. Realmente no podía seguir el diálogo todo el tiempo, pero eso no importaba", contó el hombre de los 48 puntos ante Boston Celtics a The Player Tribune hace ya dos años. "Simplemente las amaba y quería saber más sobre ese mundo extranjero, donde los chicos sabían correr por llas paredes y derribar las puertas de madera con la frente. Nunca había visto nada igual. Simplemente tenían... tanto control".
El partido de Murray ante Boston
Murray nació hace 21 años en Kitchener (Ontario), a una hora de Toronto. La pequeña ciudad de Canadá es mundialmente conocida por ser la cuna del boxeador Lennox Lewis, campeón de los pesos pesados en la década de los noventa y a principios de los 2000. Como buen hijo del Gran Norte Blanco, Murray tuvo sus coqueteos con el hockey. Aunque nunca le llegó a convencer. "Nunca pude realmente patinar, pero solía ofrecerme para ser portero", continúa el chico que era conocido en su colegio y el barrio como 'el niño que siempre tenía una pelota en sus manos': "En primaría solía llevarme un balón y hacerlo botar entre mis piernas todo el camino. A veces, incluso, dormía con él. Recuerdo cuando aprendí a girarla sobre mi dedo porque rompí varios vasos de la cocina en el proceso... (A mi mamá le encanta esta historia)".
De la meditación al entrenamiento
Su gusto por el kung-fu, como suele pasar, fue heredado de su padre. Roger, originario de Jamaica, era un gran admirador de Bruce Lee, de su filosofía y de una fuerza mental que empleó durante la formación de Murray. Las películas del actor estadounidense de origen chino no eran un simple entretenimiento. La conversación sobre esta o aquella escena inundaban la habitación. No era un simple diálogo, era una preparación para lo que vendría a continuación: primero la meditación y después el entrenamiento. El control sobre la mente era lo que buscaba Roger de su hijo.
"Aprender a meditar es uno de mis primeros recuerdos. Comencé cuando tenía tres o cuatro años. Quiero decir, no sabía que lo estaba haciendo. Solo pensé que era un juego extraño que mi papá había inventado. Me sentaba en el sofá y trataba de permanecer lo más quito posible. Eso no fue muy difícil", recuerda Murray. "Entonces mi papá trataba de hacerme reír. Ponía caras graciosas y pensaba todo tipo de formas para distraerme. Se suponía que debía mantener el control". "Observé cómo se acercaba mentalmente a las cosas, cómo de comprometido estaba con lo que quería hacer. Nunca se rendiría y nunca pondría ninguna traba para lo que quisiera hacer", dijo Roger a The Denver Post. Y lo que deseaba Murray era el baloncesto.