WOLVES 95-BUCKS 125

Los Bucks (5-0) vuelan ante unos Timberwolves en situación límite

Antetokounmpo no tiene ni que despeinarse ante un rival abucheado y que necesita resolver el culebrón Butler. Segundo 5-0 para los Bucks.

Brad RempelUSA TODAY Sports

Hay partidos que son ecosistemas en los que suceden cosas completamente inverosímiles y en los que nada es lo que parecía que iba a ser a priori. Pero hay otros que son la prueba del carbono 14, que ponen a los dos equipos ante el espejo de su realidad con toda su gloria (los actuales Bucks) o con toda su crudeza (estos Wolves de los líos...). El 95-125 final es suficientemente significativo y no engaña ni un ápice. Tampoco lo hacen los datos:

Los Wolves nunca habían perdido por 30 puntos con Thibodeau y llevaban casi cuatro años sin acumular una desventaja de 25 puntos al descanso de un partido: 38-63 esta vez entre un mar de abucheos generales que siguieron a una presentación en la que Thibodeau se llevó la bronca y Jimmy Butler (duda hasta última hora por enfermedad) la mezcla de apoyo y disgusto de una afición tan confundida como la franquicia y que tiene un descuento del 30% en las entradas durante octubre. Así están las cosas en un equipo que tendría que ser un remanso de paz meses después de romper su maldición de los playoffs. Pero que en realidad es Waterloo y las Ardenas, todo en uno.

Cuesta entender la gestión del culebrón Butler, ya seis semanas en las que Thibodeau y la franquicia van por caminos cada vez más separados. La oferta de los Rockets, con esas supuestas cuatro primeras rondas de draft, no le gusta a Thibs porque no ayuda al equipo en el cortísimo plazo. En los despachos quieren apartarle de las negociaciones porque creen que con él nunca cristalizarán y, en definitiva, cuesta imaginar que en los Wolves no tengan ya claro (Thibodeau al margen) que cuanto antes se haga la operación, mejor para el equipo y mejor para el retorno que se obtendrá. Pero uno no sabe ya qué piensan realmente en Minneapolis. Butler, por cierto, y con la excusa de la enfermedad, firmó un 2/11 en tiros para cuatro puntos. Y Towns (16+7) dio ciertas señales de vida ya demasiado tarde tras un terrible 1/7 en los primeros 10 minutos. Los Bucks ganaron el rebote (49-62), sumaron mucho más en transición (7-22) y ni siquiera tuvieron que exprimir a Giannis Antetokounmpo, que casi sin sudar aportó 15 puntos, 12 rebotes y 6 asistencias en menos de 24 minutos.

Anotaron todos los jugadores de unos Bucks que están 5-0 por segunda vez en su historia. La anterior, en la 1971-72 cuando defendían título. La llegada de Mike Budenholzer ha sido la bendición esperada (y más que eso, si nos fiamos de esta primera toma de contacto) para un equipo que apenas está empezando a ser consciente de su verdadero potencial y que, con Giannis a los mandos, se está perfilando junto a los Raptors en una realidad tremenda para un Este que era, finalmente, muchísimo más que un duelo Celtics-Sixers. Budenholzer está convirtiendo a los Bucks en un muy buen equipo desde la línea de tres (Middleton, Ilyasova, Lopez...) alrededor de Antetokounmpo (lo que nunca supo hacer Jason Kidd) y eso es peligro mortal para los rivales. Entre esos rivales no están ahora mismo unos Wolves (2-4) que dieron una imagen lastimosa y que están en plena regresión y pidiendo a gritos una resolución para el caso Butler. Quizá esta derrota, por tremenda, sea la gota que colme el vaso.

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