Los Angeles Clippers: el hermano pobre no quiere mirar al pasado
La salida de DeAndre Jordan fulmina definitivamente la era de la Lob City en los Clippers. Llegan nuevos tiempos con ambición y sin ganas de volver la vista atrás.
AÑO DE CREACIÓN: 1970 (como Buffalo Braves)
PABELLÓN: Staples Center
PROPIETARIO: Steve Ballmer
GENERAL MANAGER: Michael Winger
ENTRENADOR: Doc Rivers (desde 2013)
TÍTULOS: -
PASADA TEMPORADA: 42-40 (fuera de playoffs)
PRINCIPALES ALTAS: Shai Gilgeous-Alexander, Jerome Robinson, Marcin Gortat, Mike Scott, Luc Mbah a Moute.
PRINCIPALES BAJAS: DeAndre Jordan, Sam Dekker, Austin Rivers.
CONTRATOS MÁS ALTOS 2018-19: Danilo Gallinari (21,5), Tobias Harris (14,8), Marcin Gortat (13,5), Avery Bradley (12).
PRINCIPALES JUGADORES EN ÚLTIMO AÑO DE CONTRATO: Tobias Harris, Marcin Gortat, Boban Marjanovic, Wesley Johnson, Patrick Beverley, Luc Mbah a Moute, Mike Scott.
PLANTILLA: Pincha en este enlace
ANÁLISIS: un viaje más allá de la Lob City
La temporada pasada acabó una racha de seis años seguidos en playoffs. Aunque sin pasar de semifinales de Conferencia, había supuesto el momento más dulce en la historia, muy amarga, de los Clippers. Especialmente desde el traslado a L.A. y la incómoda vida a la sombra inacabable de los Lakers. Después se marchó DeAndre Jordan, casi una década en un equipo en el que se convirtió en all star y en internacional y campeón olímpico con el Team USA. Siguió a las salidas de Chris Paul y Blake Griffin: el final oficial de la Lob City, la ciudad de los alley oops. Para subrayar el cambio de guardia, también se marchó Austin Rivers.
Pero la salida de playoffs no fue especialmente dolorosa: en plena transición, el equipo peleó hasta las últimas semanas por estar en las eliminatorias, mostró actitud con muchos problemas por culpa de lesiones y se mantuvo por encima del 50% de victorias por séptima temporada consecutiva... después de solo tres anteriores en total desde el traslado a Los Ángeles en 1984.
Y así llegamos al presente y, sobre todo, al futuro. Steve Ballmer es un propietario con mucho dinero, mucha actitud y un desinterés por el pasado que le sienta de maravilla a una franquicia que no tiene más remedio que huir de él. Con la vista puesta en trasladarse a Inglewood y soltar amarras con respecto a los Lakers y su Staples, los Clippers tienen mucho margen salarial para el próximo verano y, por primera vez en su historia, cierto atractivo para las grandes piezas del mercado. O eso parece: este verano han deslizado interés en jugar allí Kawhi Leonard y Jimmy Butler.
Mientras configuran ese nuevo futuro, los Clippers serán un equipo profundo, con calidad en todas las posiciones. Y divertido, aunque sin el polvo de estrellas suficiente para asaltar la cabeza del Oeste. En el último draft fueron muy agresivos para atar a dos piezas que pueden ser el futuro del equipo en posiciones exteriores: Jerome Robinson (número 13) y, sobre todo, Shai Gilgeous-Alexander (11), uno de esos talentos especiales en los que merece la pena invertir. La clase media, si las lesiones lo permiten (un verdadera quebradero de cabeza en este caso), es de muy buen nivel: Avery Bradley, Patrick Beverley, Milos Teodosic, Montrezl Harrell, Marcin Gortat... y Tobias Harris ha ido progresando año a año hasta bordear ya el nivel de estrella con galones. En su mejor escenario, los Clippers rondarán los puestos de playoffs pero, sobre todo, mantendrán el optimismo y la energía (que emana de Ballmer) de cara al decisivo próximo verano y a la transformación de una franquicia en eterna guerra contra sus propios complejos.