Golden State Warriors: tal vez, el mejor equipo de la historia
Los de la Bahía comienzan el último año en Oakland como favoritos destacados al anillo (sería el cuarto en cinco años) y dudas de futuro.
AÑO DE CREACIÓN: 1946 (en Philadelphia)
PABELLÓN: Oracle Arena
PROPIETARIO: Joe Lacob
GENERAL MANAGER: Bob Myers
ENTRENADOR: Steve Kerr (desde 2014)
TÍTULOS: 6 (1947, 1956, 1975, 2015, 2017 y 2018)
PASADA TEMPORADA: 58-24 (campeón)
PRINCIPALES ALTAS: DeMarcus Cousins, Jonas Jerebko, Jacob Evans.
PRINCIPALES BAJAS: JaVale McGee, David West, Zaza Pachulia, Nick Young
CONTRATOS MÁS ALTOS 2018-19: Stephen Curry (37,4), Kevin Durant (30), Klay Thompson (18,9), Draymond Green (17,4), Andre Iguodala (16).
PRINCIPALES JUGADORES EN ÚLTIMO AÑO DE CONTRATO: Kevin Durant (player option 2019-20), Klay Thompson, DeMarcus Cousins, Jonas Jerebko.
PLANTILLA: Pincha en este enlace
ANÁLISIS: la Estrella de la Muerte tiene un nuevo miembro
Golden State Warriors: un equipo tan bueno que ya solo admite comparaciones con los mejores de la historia. De hecho, el trono puede ser ya propiedad de este proyecto que comenzó en un lado de la Bahía (el vetusto Oracle de Oakland) y seguirá la próxima temporada en el otro, en el lujoso de Chase de Mission, junto al Downtown de San Francisco. Una franquicia divertida pero sin cultura ganadora durante demasiados años se ha convertido en el epitome de la organización exitosa en el deporte profesional moderno. Sucedió tras la llegada de Joe Lacob y Peter Guber, que se hicieron con ella en 2010 por 450 millones. En 2014 le dieron las llaves del vestuario a Steve Kerr... y el resto es historia: tres anillos en cuatro años (y el cuarto, perdido en el último minuto del séptimo partido de las Finales 2016), la primera temporada de 73 victorias (73-9), los primeros playoffs en 15-1, los dos MVP (uno unánime) y los récords sobrehumanos de Stephen Curry...
Un equipo tan bueno que se ha convertido en el enemigo número 1 para muchos, que creen que desvirtúa la competición aunque dos de las cuatro Finales que han alcanzado requirieron siete partidos y remontar un 2-3 en la final del Oeste. Uno que, además de su excelencia obvia en pista, ha creado (y no todo el mundo se lo reconoce) una química sostenible que por ahora parece inquebrantable y que se basa en la forma en la que Curry y Kevin Durant comparten foco y la capacidad de Klay Thompson, Draymond Green y Andre Iguodala para ser felices como perfectos secundarios (secundarios que, eso sí, disputan el All Star y ganan MVPs...). Ahora, por si fuera poco, llega DeMarcus Cousins, otra mega estrella que eligió la Bahía para recuperarse de su lesión de tendón de Aquiles y firmó por solo 5,3 millones para enojo del resto de la NBA. También ha llegado Jerebko (el fondo de armario que falló con Casspi y Young hace un año) y otro rookie interesante, Jacob Evans.
La sensación es que, todavía, no hay más forma de parar a estos Warriors que esperar a que surjan las primeras grietas desde dentro. Y hacerlo, claro, con las mejores armas posibles para aprovecharlo (Celtics, Rockets...). Pero el campeón es otra vez ultra favorito para repetir y consolidar una dinastía histórica a las puertas del cambio de pabellón que les puede permitir ser también tan ricos como Knicks y Lakers. ¿Todo va bien? Por ahora sí. Kerr tendrá que controlar otra vez el aburrimiento desmayado que supone la Regular Season para un equipo superior a todos (los de ahora... y puede que los de la historia), que experimentará con DeMarcus sin nada que perder y que, eso sí, afronta un futuro incierto que puede significar el inicio de un fin que por ahora no se avista: Durant firmó otra vez en 1+1, Klay Thompson acaba contrato, Draymond Green lo cierra en 2020... Todos quieren seguir pero todos, claro, quieren mucho dinero. Lo merecen. Veremos pero, por ahora, solo esas dudas sobre el futuro inquietan (y parece que no mucho) a un equipo pluscuamperfecto que lo tiene todo para volver a ganar. Todo.