Los malditos Sixers volumen 6: el rookie Zhaire Smith, lesionado
El número 16 del pasado draft sufre una fractura en el quinto metatarsiano del pie izquierdo. Se desconoce su tiempo de baja. Mala suerte para los novatos en Philly.
Ser novato en Philadelphia 76ers se ha convertido en una profesión de riesgo. Desde hace cinco años, rookie que seleccionan, rookie que tiene problemas con las lesiones o directamente se pierde su primera temporada. Tras Noel, Okafor, Embiid, Simmons y Fultz parece que ahora le toca el turno a Zhaire Smith. Según informa la franquicia, el escolta y número 16 del pasado draft sufrió la fractura de Jones del quinto metatarsiano del pie izquierdo durante el campus de Las Vegas (Shams Charania), el mismo mal que impidió a Simmons debutar en su primer año como NBA. Los tormentos para los novatos no tiene en fin Philly.
El primer caso de esta maldición la sufrió Nerlens Noel. El actual jugador de los Dallas Mavericks fue elegido en 2013 con el pick seis por los New Orleans Pelicans que lo traspasaron en julio a los Sixers por Jrue Holiday y Pierre Jackson. Su primera temporada quedó en blanco. Una lesión en la rodilla derecha le hizo debutar como profesional ya en noviembre de 2014 contra Indiana Pacers. El pívot abrió esa puerta maldita que no dudó en cruzar Joel Embiid al año siguiente.
El center camerunés ya acabó mal su etapa universitaria: no finalizó la temporada en Kansas por molestias en la espalda. El principal ejemplo de El Proceso (nadie le debe tanto a Sam Hinkie como él) bajó del uno al tres por una fractura por estrés en el pie derecho que le impidió jugar durante dos temporadas seguidas y tras dos intervenciones que le dejaron dos tornillos en la primera operación y un injerto óseo utilizando un hueso de la cadera en la segunda. En la temporada 2016-17, la de su estreno, solo participó en 31 partidos. Tenía restringido los back to back (dos partidos en dos noches consecutivas) y a finales de enero puso punto final al curso.
Menos dramático fue el aterrizaje de Jahlil Okafor. El también pívot sufrió varios problemas físicos durante su año uno en la Liga norteamericana, pero solo se perdió 29 partidos. Siempre en un segundo plano a pesar del potencial que exhibió en Duke, se encuentra a estas alturas del verano sin equipo después de 26 encuentros en Brooklyn la pasada campaña. La liga china parece su destino si ningún equipo de la Liga reclama sus servicios.
Simmons y Fultz: dos números uno con problemas
Tras el mal de alturas, llegó el turno de los bajitos en 2016 y 2017 con dos números uno del draft implicados: Ben Simmons y Markelle Fultz. Desde Allen Iverson en 1996, los Sixers no habían tenido el uno... y el principio de ambos ha sido un largo camino de penas aunque controlado. Al menos en el caso del autraliano. El de Fultz sigue siendo un misterio. Simmons tuvo que esperar un año para ser galardonado con el premio de mejor rookie de la temporada porque una fractura en el quinto metatarsiano del pie derecho retrasó su llegada a la mejor liga del mundo 365 días. El peso (había ganado 15 kilos desde que abandonara en primavera de 2016 los Tigers de Louisiana State) y un duro plan para ganar masa muscular se vieron como factores determinantes para una dolencia que acabó con la carrera de Yao Ming y padecieron otros grandes como Michael Jordan, Kevin Durant y Marc Gasol.
El expediente Fultz es más complejo porque nadie sabe (o no quiere reconocer) cómo comenzó una pesadilla que le tuvo lejos de la actividad baloncestística desde el 23 de octubre del pasado año hasta el 26 de marzo de este cuando jugó su quinto partido en la NBA. Llegó a acabar el curso con normalidad, pero fueron cinco meses de reproches entre las diferentes partes del conflicto. Por un lado, los Sixers; por el otro, el representante y el entorno del jugador.
El inicio del todo estuvo marcado por una extraña metamorfosis en la técnica del base de Maryland a la hora de lanzar los tiros libres. Compleja, forzando mucho en el último momento y con resultados bastante mediocres: 50% desde la personal. Nadie sabía explicar el porqué del cambio. Brett Brown, antes de iniciar la temporada, aseguró que Fultz por iniciativa propia había modificado su estilo. Descontento por el resultado, el entrenador consideraba que el jugador había perdido más que ganado y que era hora de volver a las raíces. Por su parte, el ex de Washington señaló en The Ringer que la modificación no había sido buscada, sino necesaria por el dolor intermitente que sentía en el hombro y que no tenía un patrón claro. Jugaba con dolor y lanzaba con dolor.
Ahí no finalizó la controversia. Raymond Brothers, su agente, se puso en contacto con prestigioso periodista estadounidense Adrian Wojanrowski a mediados de octubre de 2017. "No puede ni levantar el brazo. Le pusieron una inyección de cortisona el 5 de octubre. Quiero que se sepa que tiene muchas molestias y que trataremos de trabajar con los Sixers, general mánager y médicos, para encontrar la mejor solución para todos”, señaló. Una afirmación que Bryan Colangelo desmintió. El exmánager general de Philadelphia aseguró que el cambió llegó antes que el dolor. El huevo y la gallina. Los implicados bailaban de un lado a otro de la pista con Fultz en medio de todo y Keith Williams, su entrenador de tiro, y Brown enzarzándose en una emisora de la ciudad. Un drama en el que nadie dijo realmente la verdad.
Esta temporada parece que todo ha dado un vuelco para Fultz que, como relata Jordan Schultz (Yahoo! Sports), es "un jugador diferente" con un lanzamiento "reconstruido" después de trabajar desde hace meses con Drew Hanlen, un entrenador especialista en el tiro en suspensión que tiene entre sus clientes a varios jugadores de la NBA como Bradley Beal, Andrew Wiggins y Joel Embiid, compañero de Fultz en los Sixers. Ahora, la duda es sí le veremos compartir pista junto a Zhaire Smith. Todo puede pasar en la Ciudad del Amor Fraternal... pero casi todo es bastante deprimente cuando eres nuevo.