Los Lakers han reabierto las conversaciones con los Spurs para abordar el traspaso de Kawhi Leonard. Un movimiento de dimensiones enormes pero de consecuencias aún mayores. Y es que ambas franquicias creen que si la negociación lleva a buen puerto, LeBron James acabaría firmando con la franquicia angelina. La llegada de Kawhi sería la señal definitiva para LeBron de que los Lakers de Magic Johnson y Rob Pelinka van en serio. Si nos atenemos a que San Antonio prácticamente está obligado a enviar al alero a los de púrpura y oro y a la intención de King James de desvelar en los primeros días de la agencia libre su decisión, en cuestión de una semana los Lakers podrían haber dado un puñetazo encima de la mesa que les devuelva a la élite de la NBA.

Ambas operaciones son independientes, pero tal y como señalan Ramona Shelburne, Adrian Wojnarowski y Brian Windhorst en un artículo publicado en la ESPN esta madrugada, están íntimamente relacionadas. Descartada la llegada de Paul George, los Lakers saben que para conseguir firmar a LeBron en la agencia libre —para ello tiene como plazo hasta última hora de mañana viernes para renunciar a su opción de jugador con los Cavaliers— necesitan convencerle con un equipo competitivo que le asegure aspirar al máximo desde ya mismo. El deseo de Leonard de jugar en el Staples Center es el mejor señuelo posible. Y los Spurs, conocedores de la situación, quieren sacar tajada de ello.

Los contactos van cobrando forma

En el primer acercamiento de hace unos días, los Lakers sintieron una gran distancia respecto a los Spurs. No obstante, el hecho de que Kawhi pueda convertirse dentro de un año en agente libre y haya manifestado al resto de equipos que se han interesado en su traspaso que en 2019 pondrá rumbo a Los Ángeles, obliga a los texanos a coger de nuevo el teléfono al equipo que más debe ofrecer por el MVP de las Finales 2014. Condenadas a entenderse, ambas partes retomaron el contacto ayer miércoles, tal y como informa la ESPN.

Como punto de partida, los californianos han tomado los traspasos del pasado verano que llevaron a Paul George a OKC y a Kyrie Irving a Boston. Un planteamiento que no es suficiente para San Antonio ya que, como hemos dicho, dan casi por hecho el posterior aterrizaje de LeBron. De ahí que no se vayan a cortar a la hora de pedir por un jugador que ha manifestado que no quiere volver a pisar su vestuario y que dentro de un año tendrá la opción de convertirse en dueño de su futuro.

Los Spurs demandarán como contraprestación un pack masivo compuesto tanto por alguno de los jóvenes talentos que tienen los Lakers en su roster (Brandon Ingram, Kyle Kuzma, Josh Hart, Julius Randle —vía sign and trade— y el recién drafteado Mo Wagner, a quien aún no le han firmado su contrato por lo que pueda pasar, son algunos de los nombres publicados) y varias futuras rondas de draft. De ahí lo publicado unas horas antes. Para obtener alguna primera ronda extra, los angelinos estarían dispuestos a acoger algún salario basura (demasiado elevado dado el rendimiento reciente de un jugador). Un margen que les otorga su desahogada situación financiera.

Pase lo que pase, pronto saldremos de dudas.