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WARRIORS 92 - ROCKETS 95 (2-2)

¡Sorpresa en Oakland! Harden (30) y Paul (27) recuperan el factor cancha

Los Rockets sobrevivieron a otro tercer cuarto devastador de los Warriors con una gran defensa y fe ciega en sus posibilidades. Muchísimo mérito.

¡Sorpresa en Oakland! Harden (30) y Paul (27) recuperan el factor cancha
EZRA SHAWAFP

Escapar con vida y victoria de Oakland remontando dobles dígitos dos veces no es algo que hayamos visto con facilidad en los últimos años. Si es que lo hemos visto alguna vez... Los Houston Rockets de Mike D'Antoni dieron ayer un golpe de autoridad que, de momento y como poco, ha cambiado por completo una serie que iba para 3-1 y final 'fácil'. Los texanos rompieron la racha de 16 triunfos seguidos en playoffs de los Warriors en su casa (la mejor de la historia de la competición) con un último cuarto en el que cortocircuitaron a su rival. Los campeones se quedaron en 12 míseros puntos (3/18 en los tiros, 0/6 en triples) y perdieron con el cuarto el partido y toda la ventaja que tenían en una serie que ha vuelto a nacer.

Ni el partido ni el resultado se entienden sin la machada de James Harden en la primera mitad (24 de sus 30 puntos). El favorito a MVP salvó a los Rockets de una muerte segura en los primeros compases del encuentro con su equipo completamente perdido en una impresionante atmósfera. Los campeones salieron golpeando del vestuario, intentando cerrar el triunfo en los primeros minutos. Y casi lo consiguen... Los Rockets perdieron la compostura, se dejaron llevar por las emociones y, una vez dentro del tornado, apareció Harden para sacar a su equipo de una emboscada casi perfecta.

La Barba dejó atrás las dudas de los primeros compases y se puso a remar. El 12-0 inicial era duro, pero había reaccionado a tiempo: -9 al final del primero y a solo dos puntos mediado el segundo con 20 de los 34 puntos de su equipo, varios triples espectaculares y un mate sobre Draymond Green que lo hizo saltar todo por los aires. El show de Harden (dos robos seguidos sobre Durant incluidos) desactivó una defensa que había hecho 15 minutos casi perfectos, cerrando pasillos por fuera y sellando el aro con inteligencia (cómo defiende Green el pick&roll...) y muchísimos centímetros de envergadura (Durant, Looney y Bell jugaron ratos juntos).

Entonces, ya con la defensa local humanizada, Chris Paul se sumó a la fiesta con tres triples clave que les dieron a los Rockets la ventaja al descanso (53-46) y metieron el miedo en el cuerpo a los Warriors. Entre el base y la Barba, 29 de los 34 puntos de los visitantes en el segundo cuarto. Y lo que quedaba...

El tercer cuarto fue tan mal como cabía esperar para los Rockets. Como en el tercer partido, Curry explotó: tres triples consecutivos, un cuarto algo más tarde y un total de 17 puntos que le daban 25 al final del tercero (acabó con 28) y que habían convertido en un abrir y cerrar de ojos el +7 de los Rockets en un +10 Warriors... Y aquí viene la gran sorpresa, porque jamás pensamos que se pudiera sobrevivir a semejante varapalo.

Con 12 minutos en el reloj, 12 abajo y la moral evidentemente tocada a las puertas de un tres uno que hubiera sido casi definitivo, los Rockets defendieron como no lo habían hecho en toda la eliminatoria. Cerraron esquinas, aro, pasillos... Sorprendentemente, los Warriors se estancaron. Contra cinco pequeños grandes guerreros (sin Capela). Y los Rockets, sumando a un ritmo entre normal y bajo (cada punto se sudaba...), ganaron el partido atrás. La medalla es para Harden, la victoria para un Chris Paul fantástico que la celebró con rabia y las matrículas de honor vuelven a caer sobre los hombros de PJ Tucker (16 rebotes) y Trevor Ariza, porque sin ellos habría sido imposible. Increíble 2-2 para volver a Houston. Qué mérito. Qué bala ha salvado los Rockets.