WARRIORS 126 – ROCKETS 85 (2-1)
¡Warriors! El mejor Curry (35) lidera una paliza para la historia
El base explotó en un tercer cuarto fabuloso. Golden State vuelve a superar a los Bulls de Jordan: más victorias seguidas como local en postemporada. Peor derrota de Houston en playoffs.
Un recital para la historia. Así, sin paliativos. Los Warriors sacaron a pasear su mejor versión. Esa que les ha convertido en un equipo para los anales del baloncesto. Defensa, ritmo endiablado y aciertos que minan la moral de quien tengan enfrente. Los Rockets, el mejor equipo del curso, fueron un juguete en manos de los campeones (126-85). 41 puntos de margen suponen la victoria más amplia en la historia de la franquicia en los playoffs. La peor derrota de siempre para Houston en la postemporada. La más abultada de la historia en las eliminatorias para un equipo de 65 o más victorias en liga regular. 16 partidos seguidos sin perder en playoffs en el fortín del Oracle. Otra marca para la historia. Otro récord de los Bulls de Michael Jordan (años 1990 y 1991) que ya miran por el retrovisor.
Un duelo desequilibrado como pocos marcado por el resurgir de Stephen Curry. El de los triples imposibles. El mago. El dos veces MVP. 34 puntos, con un 2/13 en triples, había sumado en los dos primeros partidos en Houston. Uno menos que los 35 que apiló anoche en 34 minutos. Los Rockets trataron de buscarle las cosquillas en defensa. Estrategia fallida. De los diez ataques que realizaron con él como defensor primario, sólo dos acabaron entrando por el aro. Eso sí, seguía sin encontrar el tono ofensivo: 1/7 desde la línea de tres, 3/11 en el lanzamiento.
Todo cambió tras un descanso al que los de D’Antoni llegaron aún con vida (54-43). Con Harden y Chris Paul fuera de sitio (4/15 al descanso, 12/32 en el global), únicamente hicieron daño en las primeras jugadas del encuentro con Capela y Ariza como finalizadores. Del buen inicio de Houston al huracán desatado por los Warriors en el tercer cuarto. Un ciclón de baloncesto bajo la batuta de un Curry asesino. "Esta es mi p… casa", decía a la grada, enfervorecida, tras finalizar una entrada con la derecha. 18 tantos, acompañados por otros 10 de un Durant que fue hasta los 25, en un tercer acto en el que no falló un tiro (7/7).
Todo el mundo lo sabe. Golden State acelera tras pasar por el vestuario. Pero las respuestas se reducen a nada cuando este equipo está enchufado. Nadie castiga los errores del rival como los de Kerr. Anoche, 28 puntos llegaron tras las 20 pérdidas cometidas por Houston. 23 al contraataque (por los 10 de Rockets), 53 en la pintura (40). Controlaban el rebote… Superiores en todas las facetas. Por si había dudas, Steph sepultó el ligero resurgir de un Paul lejos de estar físicamente al 100% con otro par de triples al comienzo del periodo final. Jaque mate. Una exhibición colosal. 48 horas tiene Houston para reponerse del golpe, recomponer filas y tratar de asaltar la fortaleza de Oakland para igualar la final del Oeste. Una victoria este martes les permitiría regresar al Toyota Center con un 2-2. Aunque eso sí, visto lo visto, cuesta imaginarlo.