Ni Hayward, ni Kyrie... ¡ni seis de sus nueve máximos anotadores de 2017! El milagro de Stevens
Los Celtics superan las bajas de sus dos estrellas y vuelven a las Finales de la Conferencia Este con un equipo completamente nuevo.
Brad Stevens llegó a Boston en 2013. Aquel verano, los Celtics realizaron el ya famoso traspaso con los Nets que cambiaría por completo el futuro de la franquicia. El técnico, tras las salidas de Pierce y Garnett, se encontró con un equipo casi en mínimos históricos. Un equipo que para él fue un folio en blanco sobre el que empezar a trabajar en un proyecto ganador.
Aquel año ganaron 25 partidos y hoy, cinco temporadas después, van a jugar sus segundas finales de conferencia consecutivas. Una reconstrucción tan exprés como increíble. Aquel traspaso fue un regalo para Boston. Un regalo cuyos frutos acaban de empezar a florecer. Pero los regalos hay que saber utilizarlos, aprovecharlos (elegir bien), entrenarlos y rodearlos. Y los Celtics lo han hecho todo bien, desde las oficinas al parqué.
En 2014 llegó Smart, en 2015 Rozier, en 2016 Jaylen Brown (pick de los Nets) y en 2017 Jayson Tatum (traspasando otro pick de los Nets). Cuatro picks que han sido, junto con el gran y siempre infravalorado Al Horford (fichado en agencia libre en 2016), los pilares del equipo en estos playoffs. Un equipo que ha sorprendido a propios y extraños.
Se marchó el héroe Isaiah, su escudero Bradley, el musculo en el tres de Crowder, otro favorito de la afición como Olynyk... En total, seis de los nueve máximos anotadores del equipo de la temporada pasada dejaron Massachusetts. Esa parte del proyecto había tocado techo y necesitaban cambiar para evolucionar. Entonces llegó Kyrie, se lesionó Hayward y el equipo construyó la temporada desde una profunda herida que les hizo más fuertes. Sorprendieron a todo el mundo con una primera parte impecable y cuando todo el mundo pensaba en las finales se acabó Kyrie. El obstáculo final, la chispa, el jugador más especial. Next man up, que dicen los americanos (le toca al siguiente). Y apareció Scary Terry (Rozier)... Estos Celtics nunca se acaban. Los Celtics de Brad Stevens nunca se acaban.
Han escalado montañas, cruzado mares a nado y corrido varias maratones en la misma temporada. Y aquí están de nuevo. A las puertas de la gloria, con la versión mitológica de LeBron James enfrente y otro sueño imposible por delante: volver a la gran final de la NBA.