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JAZZ 119 - WARRIORS 79

Los Jazz de Ricky y Mitchell abofetean a los Warriors: ¡+40!

Golden State cierra la regular season con su peor derrota en la era Steve Kerr. Utah mete miedo (62-33 al descanso) y será tercero si hoy gana en Portland.

Ricky Rubio, ante Quinn Cook, en la peor derrota de los Warriors en la era Steve Kerr. Los Jazz ganaron de 40 puntos.
Ricky Rubio, ante Quinn Cook, en la peor derrota de los Warriors en la era Steve Kerr. Los Jazz ganaron de 40 puntos.GEORGE FREYEFE

El 30 de enero los Jazz ganaban en Utah a los Warriors por 30 puntos. El punto de inflexión de lo que ha sido una de las grandes historias de la temporada. Cómo un equipo que marchaba 19-28 desde entonces ha ganado 29 de sus 34 partidos, está clasificado para los playoffs y tiene en su mano acabar en la tercera posición del Oeste (para ello, han de vencer esta noche en Portland). Junto a los Sixers de los 15 triunfos consecutivos, los pupilos de Quin Snyder probablemente sean la franquicia que más en forma llega a la postemporada. Lo dicen sus seis victorias consecutivas y el juego desplegado en ambos lados de la cancha. La mejor prueba de ello es la tremenda bofetada (119-79) que esta última madrugada le han propinado a los campeones.

Si Utah llega a las eliminatorias de dulce, los Warriors inician la defensa del título en su peor momento de la era Steve Kerr. Cierran la regular season 2017-18 con un 58-24 (el peor balance en estos últimos cuatro años) y con la peor derrota desde que el técnico se hiciese cargo del banquillo. La peor de un campeón desde los Heat 2006-07. Golden State no perdía por 40 puntos desde la primera ronda de los playoffs 2014 ante los Clippers. No recibían en temporada regular un meneo de tales proporciones desde el 129-89 ante los Spurs el 4 de diciembre de 2006. Hace más de 12 años. La ausencia de Stephen Curry les ha hecho un daño enorme y peor aún, les ha convertido en un equipo vulnerable tras caer en 10 de sus últimos 17 compromisos. 1-9 en sus diez últimos duelos ante equipos de postemporada con -138 puntos en contra (vía Justin Phan).

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No es la mejor carta de presentación con la que aterrizar en unos playoffs a los que llegan repletos de dudas. "Nos abofeteraron. No hay otra manera de decirlo", reconoció un Klay Thompson que por cuarto curso seguido promedia al menos 20 puntos. "Necesitamos nuestro espíritu competitivo, recuperar la alegría en nuestro juego... y ahora mismo no tenemos mucho de eso. Nos toca levantarnos y recuperar nuestra mente", analiza un Steve Kerr que mantuvo más tiempo en cancha del necesario a Klay y Kevin Durant. ¿Toque de atención? Sé que hablamos de los Warriors. Que por todo lo logrado estos años se merecen un voto de confianza. Que los playoffs son su terreno. Pero la sensaciones y que vayan a llegar a ellos sin Curry... Puntos suspensivos.

Mientras, en Salt Lake City todo son sonrisas. No es para menos. Llegan al último día de la liga regular season tras haber ganado a Golden State tres duelos seguidos y en la tercera plaza. Aunque deben andarse con ojo, no tienen asegurada aún la ventaja de campo en la primera ronda. De cara a la batalla final en Oregón, Snyder se permitió el lujo de cuidar los minutos de sus titulares. Con 28, Rudy Gobert fue el que más jugó. Con un mate que culminaba una excelente jugada colectiva, el francés fue el encargado de inaugurar una paliza (Utah llegó a dominar por 45) que cuesta definir. Los campeones fueron un muñeco en manos de un equipo que está bordando el baloncesto. Su excelso trabajo atrás le permite jugar con un nivel de confianza increíble en defensa y forzar y castigar al contraataque y en transición los errores del rival.

Ricky Rubio (13 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias en 19 minutos y medio) y, sobre todo, Donovan Mitchell fueron los más destacados. El rookie, autor de 22 puntos, puso la guinda a la noche superando el récord de Damian Lillard de más triples en una temporada (lleva ya 186). Un Mitchell que está a un nivel espectacular y que quiere a toda costa el premio a Mejor Rookie de la temporadas. Véase la sudadera con la que llegó al pabellón.