Con 11 segundos para el final y cuatro abajo, el técnico de Florida State dio el partido por perdido. Una decisión de la que se hablará largo y tendido... Michigan, campeona de la Big Ten, conseguía el título del Oeste y su billete para la Final Four. Grito roto de Mo Wagner, una ronda más y camino de San Antonio para la batalla final. Qué final de temporada el de los Wolverines.

Esta vez no entraron los tiros (Wagner falló siete veces desde el triple). Igual habían acertado demasiado el jueves pasado... Pero la defensa mantuvo al equipo en el partido y con un poco bastante de Charles Matthews (17 puntos), mejor ejecución en la segunda parte y los tiros libres del infalible Duncan Robinson, Michigan puso su nombre en la Final Four 2018 (no la jugaban desde 2013).

Y de paso, victoria número 32 de la temporada. Nuevo récord del programa, que se jugará un puesto en la final nacional contra... ¡La Cenicienta!

Antes de que empezáramos a hablar de Michigan, la noche ya nos había dejado la noticia de todas las noticias en el baloncesto universitario. Loyola-Chicago y la famosa Sister Jean estarán en San Antonio para disputar su primera Final Four en 55 años. Madness.

La gran historia del torneo, que se enfrentaba en el Elite Eight a Kansas State (verdugo de Kentucky), se convirtió en las primeras horas de la madrugada española en el cuarto seed 11 de la historia que coloca su nombre en una Final Four. Y lo hizo con tanta personalidad como ha demostrado desde el primer día de torneo.

Cuarto encuentro, cuarta victoria y cuarto protagonista. Así se hacen las cosas en Loyola, un programa sin estrellas que presume de compartir el balón como pocos en el baloncesto universitario. El triple casi sobre la bocina de Donte Ingram ante Miami, la canasta ganadora de Clayton Custer contra Tennessee, el triple decisivo de Marques Townes contra Nevada y la exhibición desde el triple de Ben Richardson ante K-State (23 puntos, mejor marca del partido y de su carrera, con un espectacular 6/7 desde la línea de tres puntos).

El sueño sigue vivo. Nunca un equipo peor considerado ha entrado en la cita decisiva (y desde luego no ha ganado el torneo: la Villanova de 1985, seed 8, tiene el récord). Y los tres seed 11 que lo consiguieron antes que Loyola fueron derrotados en las semifinales...  ¿Romperán la historia los Ramblers?