Lo que los Pelicans están haciendo desde el mazazo por la grave lesión de DeMarcus Cousins es una de las grandes historias de la temporada 2017-18 en la NBA. Perdieron cinco de los seis primeros partidos tras el golpe. Pero desde entonces no conocen la derrota. Son ya nueve victorias consecutivas, seis de ellas a domicilio. La última, la lograda esta noche en el Staples ante los Clippers por 116-121. Un triunfo vital de cara a la apasionante batalla por acceder a los playoffs que tiene ocupados a ocho equipos en el Oeste. Hay seis plazas en juego. Una tiene dueño asegurado si Nueva Orleans continúa jugando al baloncesto como en las últimas semanas. Ahora con tres encuentros de margen sobre el noveno clasificado, precisamente su última víctima.

Los Clippers, que estrenaban publicidad en su celeste camiseta, no se rindieron ante el torrente baloncesto visitante (39 de las 46 canastas de los pelícanos llegaron tras asistencia) y estuvieron a punto de obrar otra increíble remontada en el último cuarto después llegar a ir 20 abajo en el tercero. No la culminaron por culpa de Anthony Davis. Cuando su equipo estaba contra las cuerdas (113-109 a falta de dos minutos para la conclusión), apareció para anotar en tres ataques consecutivos y devolver el mando a los suyos a falta de 31 segundos (113-115). Clark se encargaría de sentenciar desde el tiro libre, pero para el recuerdo quedará la fantástica exhibición de La Ceja en una segunda mitad en la que anotó 31 de sus 41 puntos totales (además de 13 rebotes, 2 asistencias, 3 robos y 3 tapones). En el forcejeo por un rebote con DeAndre se llevó un golpe en la zona de las costillas que le obligó a realizarse una radiografía. Descartada cualquier rotura, reapareció tras el intermedio para primero torturar al rival con su muñeca para acabar sometiéndolo por dentro con su inmensa calidad. Qué talento. Cómo ha respondido dando un paso al frente desde la baja de Cousins. Líder en mayúsculas. El futuro ya domina en la NBA.

Con un ritmo frenético marcado por un gran Rajon Rondo (13 tantos, 9 asistencias, ninguna pérdida y un 3/5 en triples), los de Alvin Gentry tomaron en seguida distancia en el marcador. La energía de Montrezl Harrell (16 puntos desde el banquillo en los dos primeros actos) sirvió para despertar a los locales (49-48). Pero entre Jrue Holiday (otro que está haciendo un temporadón: firmando su mejor registro anotador de siempre y con 17 asistencias anoche, su career high en un solo partido) y Nikola Mirotic (13+7+3 pero de más a menos y fallón en el lanzamiento: 4/12) endosaron un 3-19 de parcial antes del intermedio.

Tobias Harris, cómo le echan de menos en Detroit, y Lou Williams (27 y 11 asistencias) fueron otros tras el paso por vestuarios. También la defensa de los Clippers, sobre todo en el último periodo. Haciendo gala de su superioridad en la zona (68 tantos por 42 de NOLA), los de Doc Rivers fueron poco a poco recuperando el terreno perdido. Se quedaron a un pelo de sacar tajada a lo grande de las derrotas de Thunder y Nuggets, pero se toparon con un imperial Anthony Davis y unas manos decisivas de Holiday (vaya robo a Lou). Así se cerró un duelo intrépido y muy entretenido. Cómo la batalla que nos espera en el Oeste de aquí al final de la temporada regular. Promete.