NUGGETS 120-CLIPPERS 122

Marjanovic y Teodosic lideran una remontada heroica... y vital

Los Clippers remontan de forma increíble 19 puntos en menos de ocho minutos y medio y dejan a los Nuggets en el noveno lugar del Oeste.

Hay equipos a los que conviene ver todo lo posible. Uno son los Nuggets, alto voltaje ofensivo y noches en las que todo es posible, especialmente con el síndrome del Mile High de su elevadísima pista. Otro son los Clippers, que ya sin Chris Paul ni Blake Griffin no son aquel aspirante que nunca fue pero son un equipo mucho más competitivo y divertido de lo que podríamos haber imaginado. Tienen a un Lou Williams en estado de gracia y a Tobias Harris y aunque pueden seguir cayéndote mal porque está Austin Rivers, seguramente te van a sacar unas cuantas sonrisas con Teodosic y Marjanovic.

Pero dije competitivos y dije bien: triunfo extraordinario por formas e implicaciones en Denver (120-122), donde ambos equipos demostraron por qué están en esa lista de los que hay que ver siempre que se pueda. Empecemos por las implicaciones: los Nuggets caen al noveno puesto (¡fuera de playoffs!) en 33-28 y los Clippers se meten octavos (32-27) con el duelo directo ya ganado (2-0 a falta de un partido entre ellos) contra los de Colorado. Ahora los Clippers sacan dos victorias a los Jazz, décimos, y están a otras dos del quinto puesto de los Blazers. El sprint final (a la espalda de Rockets y Warriors, seis puestos para ocho equipos) va a ser tremendo.

Aclarado esto, vamos a las formas, asombrosas: 82-63 para los Nuggets a 4:22 del final del tercer cuarto, momento en el que más o menos barruntábamos las ocho plazas de playoffs del Oeste un poco más claras. Jugados cuatro minutos del último cuarto, menos de ocho minutos y medio después, 92-100. Parcial de 4-19 para abrir el último cuarto y 10-37 total en esos menos de 8:30 de juego real. Espectacular… e imperdonable para los Nuggets, que han perdido los suficientes partidos sobre el alambre como para empezar a pensar que estos se les pueden aparecer en sus pesadillas a mediados de abril. Esta vez también: después de un intercambio finales de canastas heroicas y tiros libres, Jamal Murray se enredó en la última posesión y una mano de Rivers, que acababa de fallar un tiro libre comprometedor, le robó la posesión sin dejarle ni siquiera tirar para empatar. Los Nuggets volvieron a jugar mal las posesiones decisivas, con un Michael Malone que no supo gestionar sus tiempos muertos.

Había sido el partido del regreso de Paul Millsap después de 44 de ausencias (9+7 en menos de 23 minutos). Y todos los titulares de los Nuggets anotaron al menos 18 puntos (23 Gary Harris) con 18+6+4 de un Jokic más apagado que en partidos anteriores y que ni siquiera fue el mejor pívot serbio del partido. Porque el gigante Boban Marjanovic, que había jugado hasta ahora un minuto con la camiseta de los Clippers, apareció como agitador de la remontada, justo cuando los Nuggets jugaban ya como si todo estuviera resuelto. Siete puntos fulminantes nada más entrar en ese tramo final del tercer cuarto y en total 18, 6 rebotes, ayudas defensivas definitivas (“es como un árbol cuando te defiende”, dijo después Doc Rivers) y una vía de agua en la defensa rival, donde no sirvieron para contenerle ni Jokic ni Plumlee. En esos minutos de remontada imprevista también brillaron Teodosic (11 puntos, 5 asistencias) y un enorme Harrell que apareció por todas partes (15 puntos). Lou Williams entró de repente en calor (acabó con 25 puntos y 6 asistencias) y los Clippers se llevaron un partido que tenían perdido y del que puede que nos acordemos cuando se cierren los billetes para los playoffs. Del resultado final… y de la aparición de los 221 centímetros de Marjanovic.

Lillard y los Blazers siguen lanzados en el Oeste

Los Blazers no dieron buenas sensaciones en la primera mitad de la temporada, pero un año más pueden llegar a los playoffs y hacerlo como un equipo muy caliente. Y ya se sabe: su pista siempre responde y Lillard y McCollum son demonios muy difíciles de controlar (si no eres los Warriors, con los que se han topado las dos últimas temporadas). Sobre todo Lillard, claro. El base aseguró que no han jugado tan bien como ahora en ningún momento desde la salida de LaMarcus Aldridge. Lo hizo después de un triunfo como cómodo ante los horrendos Kings (116-99) en el que anotó 26 puntos y repartió 12 asistencias. En el primer cuarto ya estaban en 15+5 con tres triples, y no tuvo que hacer ya ninguna hazaña. Los Blazers ganaban de 17 en la primera parte y de 19 en los últimos minutos aunque los Kings se pusieron a seis en el inicio del último cuarto. Siguió un parcial definitivo de 8-0.

Así que ahora los Blazers, en un Oeste que es una auténtica locura, son quintos (35-26) a solo un partido y medio del tercer puesto… y, dicho está, con solo dos de ventaja sobre el noveno. Así está la Conferencia: un par de victorias te hacen estirar el cuello para mirar muy arriba, un par de derrotas te trasladan al más absoluto vértigo. Lillard, volviendo a uno de los jugadores más en forma de la NBA ahora mismo, ha promediado 32 puntos en febrero y ha acumulado 197 en los últimos cinco partidos (4-1 para su equipo), algo que nadie había hecho con la camiseta de los Blazers. Nurkic acabó en 17+9 y Napier con 20 puntos desde el banquillo. En los Kings (18-43, solo medio partido por encima de los Suns en el Oeste), 13 puntos y 8 asistencias de Fox, 17 y 10 rebotes de Cauley-Stein y 20+6 de Zach Randolph.

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