Desde luego el All Star 2018, el quinto que se celebra en Los Ángeles, está siendo un éxito: la NBA presume de buena salud en la gran ciudad de la Costa Oeste, hasta tal punto que nadie se quiere perder el All Star Game que acaba con el formato Este contra Oeste y que rematará hoy el fin de semana. Las localidades para el lujoso Staples Center, que ya estaba prácticamente lleno ayer durante los concursos de triples y mates, están alcanzado precios históricamente altos.

El viernes, a 48 horas del partido, la media del precio de las localidades en web de entradas Vividseats alcanzaba los 1.895 dólares. Una absoluta locura que cuadruplica el precio medio del año pasado en el Smoothie King Center de Nueva Orleans: 412 dólares.

Ni siquiera en 2015, cuando el partido se jugó en el Madison Square Garden de Nueva York, se alcanzaron precios tan altos: 1.000 dólares de media. Por encima, eso sí, de los 895 de 2015 en Toronto y de los 637 de 2014 en, como el año pasado, Nueva Orleans.

El Staples también ha albergado el partido con las entradas más caras de lo que va de Regular Season: el 18 de diciembre se pagó una media de 1.306 dólares para estar presente en el Lakers-Warriors en el que se retiraron los dos números de Kobe Bryant, el 8 y el 24.